- Nicole Sofia Jaramillo Miranda
- Diana Victoria Hernández Flores
- Jaqueline Emilia Martínez Mexicano
El término “inteligencia artificial” (IA) se refiere a la inteligencia expresada por computadoras y softwares capaces de hacer cualquier operación programada. Fue propuesto por John McCarthy, Marvin Misky y Claude Shannon durante una conferencia en 1956, “La ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligente”.
Un año después se atribuyó al término con el diseño de la primera neurona artificial por Frank Rosenblatt, denominada Perceptrón. Su función consistía en tener patrones establecidos y a partir de ellos reconocer elementos similares.
Después de unos años, en 1997, la empresa multinacional IBM (International Business Machines), dio a conocer un computador capaz de ganar una partida de ajedrez; el cual ganó contra Gari Kaspárov, el campeón mundial.
Resulta impresionante el avance que ha tenido la inteligencia artificial hasta el día hoy, contando con aplicaciones tan específicas y eficientes en distintos campos de la industria. Un ejemplo se observa en el área médica, en donde se utiliza para brindar lecturas personalizadas de medicina o de rayos X a cada paciente. En el caso del retail se ha empleado en las compras virtuales, las cuales ofrecen recomendaciones para cada tipo de cliente, analizando las opciones y comportamientos del consumidor.
Un escenario que preocupa a la mayoría tiene que ver con la inteligencia artificial reemplazando al trabajo humano. Sin embargo, en lugar de generar preocupación, la IA debe de ser tomada como una herramienta que aumentará las habilidades de las personas y hará más eficiente su labor; a pesar de que se apropie de algunos empleos, también creará otros. Razón por la cual resulta importante mantenerse actualizado en conocimientos y habilidades tecnológicas.
A medida que las capacidades de la tecnología evolucionan, los humanos nos hemos preguntado, ¿cómo será el futuro? Puesto que desde el inicio ha sido evidente nuestro afán por replicar acciones naturales tales como el habla, la escritura o el pensar en seres artificiales; reemplazando así a los verdaderos seres vivos en algunas funciones. Sin embargo, esto no ha resultado del todo perjudicial a la hora de realizar trabajos pesados.
Aunque a ciencia cierta no podemos determinar cómo será el futuro en 10 años o más, sí podemos afirmar que este dependerá de lo que se haga con la tecnología.
Bibliografía
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