- Itayuyu Gabriel Díaz
- Sofía Flores Bandoni
La pandemia pareció haber parado el mundo; la mayoría de las personas nos tuvimos que quedar en casa y las actividades se detuvieron. Los trabajos se trasladaron de las oficinas a los hogares y estos espacios laborales se quedaron desérticos. En tiempos así parecería que lo último en lo que la gente pensaría es en robar, pero el crimen no se detuvo y el robo de arte solo incrementó. ¿Por qué se roba arte?, ¿quién roba arte?, ¿cuál es la estrategia detrás del robo?, ¿qué sucedió en la pandemia de COVID-19 que propició el robo de arte?, estas son las preguntas que se contestaran a través del análisis del robo de la obra de Van Gogh: Jardín primaveral, la casa parroquial de Nuenen en primavera.
El robo de arte no es algo de la actualidad, sino que se remonta a principios de la historia. El hambre por saquear y obtener estos objetos de gran valor cultural no solo tiene que ver con su valor lucrativo sino también con su valor simbólico de poder. A lo largo de la historia se puede ver el poder de las naciones representado a través del saqueo de objetos culturales de los pueblos conquistados.
El arte tiene gran importancia para la cultura ya que puede ser usado como medio económico (moneda de cambio), pero sobre todo por su carácter social, en cuanto su impacto identitario, patrimonial, histórico, turístico y más. Esto hace al arte un bien muy codiciado y actualmente hay todo un mercado ilícito a su alrededor. El arte se roba por los valores mencionados y por ser único e irremplazable, siendo así los museos, galerías y espacios culturales lugares atractivos para esta práctica.
Conociendo el trasfondo del por qué es tan atractivo el robo de arte, no es difícil imaginar que en marzo del 2020 un hombre entró al museo Singer, ubicado en los Países Bajos (Amsterdam), y salió con un souvenir poco tradicional: una obra de Van Gogh.
En la investigación de este caso se contrató a un ladrón de arte profesional, llamado Octave Durham, que sorprendido al ver las cámaras de seguridad comentó: “Su equipo ni siquiera es profesional. Si eres un profesional te vistes todo de negro. Viste pantalones de mezclilla y tenis Nike”. Sin embargo, el detective a cargo de la investigación de este robo, Arthur Brand comentó que el asaltante parece un profesional: “Creo que se llevó el vangogh por su cuenta, sin encargos previos, para venderlo luego en el circuito mafioso que usa el arte como un aval por si les detienen: ofrecen las piezas a cambio de una reducción de pena”.
Usualmente el robo de arte es planificado: se sabe lo que se va a robar, cómo entrar al espacio, el tiempo que tienen para robarlo, entre otros detalles. Pero planear el atraco no es lo más complicado, sino el qué hacer después con la obra. Muchos de los robos han sido descubiertos por el comercio de bienes culturales en redes sociales y el mercado negro, ya que si no se tiene un comprador (que esté dispuesto a tener una obra robada) es muy difícil monetizar este objeto, además la cantidad ofrecida por las obras en el comercio ilícito es muy baja (cerca de 2,5 a 5 por ciento del valor en el mercado) a comparación de las subastas u otros medios legales.
No cualquiera puede adquirir un Van Gogh y los interesados en las obras de este pintor se reducen al saber que es robada. Entonces, ¿quién está dispuesto a adquirir una pieza obtenida por medios ilegales? Solo puede ser alguien que no le tenga miedo a la ley. El robo de arte está muy conectado al narcotráfico, trata de personas, crimen organizado, y otras actividades ilegítimas, la razón de esto es la dificultad de monetizar el valor de las piezas. La mayoría de lxs mafiosxs no están interesados en la pieza artística (como un coleccionista) ni en sacar dinero de ellas, más bien, las usan como garantía de negociación en caso de que sean descubiertxs por la policía. En el caso analizado, el agente Brand comenta que el ladrón vendió el cuadro a un narcotraficante por 150,000 euros. A pesar de que se detuvo al responsable del robo, el paradero del cuadro sigue como un misterio.
Debido al confinamiento causado por el contagio de COVID-19, los museos, galerías, zonas arqueológicas y otros espacios culturales quedaron con poco personal, poca seguridad y poco seguimiento a la catalogación de las obras, estos factores facilitaron el robo de obras. Otro factor que menciona el subdirector de la UNESCO, en una entrevista que le realizó France 24, es que las aduanas se centraron en la situación sanitaria y esto propició el transporte de objetos robados.
Es increíble que en momentos tan devastadores como una pandemia se sigan cometiendo estos actos, cuando las personas necesitan más que nunca un lugar que les dé esperanza y refugio ante la realidad. Por esto, es importante tomar conciencia y reconocer la importancia del patrimonio cultural ya que enriquece a la humanidad, trasciende generaciones, forma parte de la memoria colectiva, nos inspira y nos sensibiliza ante los contextos. Al reconocer los valores que tienen los objetos artísticos podemos buscar formas de evitar incitar este acto que atenta contra el patrimonio de todxs.
Bibliografía
1. Nina Siegal. (2020). ¿Qué haces con un Van Gogh robado? Este ladrón lo sabe. 31/08/2020, de The New York Times Sitio web: https://www.nytimes.com/es/2020/05/29/espanol/van-gogh-robo.html
2. Isabel Ferrer. (2021). Detenido el sospechoso del robo de un cuadro de Van Gogh y otro de Frans Hals. 31/08/2020, de El País Sitio web: https://elpais.com/cultura/2021-04-07/detenido-el-sospechoso-del-robo-de-un-cuadro-de-van-gogh-y-otro-de-frans-hals.html
3. France 24. (2021). El tráfico ilegal de arte como efecto colateral de la pandemia. 31/08/2021, de Escala en París Sitio web: https://www.france24.com/es/programas/escala-en-par%C3%ADs/20210124-escala-en-paris-robo-venta-ilegal-piezas-de-arte-pandemia