- Daniela Fernanda Ramirez Lugo
El amor es complejo. Ha sido ejemplificado a lo largo de la historia desde tragedias entre amantes hasta dolorosos discursos de pérdida de parejas que se alejaron. La palabra ´desgarrador` es apropiada para la forma en que se torna el alma cuando el amor se ha terminado, y es justamente lo que los artistas han buscado representar. Se han hecho poemas, canciones, pinturas, y miles de piezas que podrían fijar el sentimiento en el espectador. A continuación, se buscará generar el sentimiento de ruptura después de ver el corazón roto de los demás.
El primer amor trágico será el abandonado.
No ha habido otra herida como la que le dejó Lord Alfred Douglas (Bosie) al escritor Oscar Wilde en el siglo XIX, abandonándolo en la miseria y la desolación. Los dos amantes se mantenían ocultos de las miradas juiciosas de la época. Disfrazaban el secreto de su homosexualidad mediante las atenciones variadas a sus amigos. Todo se tornó complejo cuando el padre de Bosie empezó a sospechar de su romance y amenazó con acusar a Wilde de sodomita si no se alejaba de su hijo. Este, claramente, se negó.
Las cosas se fueron tornando cada vez más densas cuando Wilde se defendió de las calumnias en su contra. Esto generó cólera en el marqués de Queensberry, quien finalmente lo acusó de indecencia y sodomia; fue condenado a la cárcel y a los trabajos forzados en el penal de Reading.
Durante toda su estancia sufrió maltrató, humillación y dolor, más por su separación y el abandono de su amante, que por el trabajo físico. En los dos años en los que estuvo recluso, Bosie jamás fue a verlo. A esto, Oscar escribió una de las obras más desgarradoras de la literatura: De profundis. Esta obra es persistente en el tema del abandono, uno de los malestares más intensos durante la ruptura.
“Los únicos con los que me interesaría estar son los artistas y las personas que han sufrido: los que saben lo que es la Belleza, y los que saben lo que es el Dolor; nadie más me interesa.”
(Oscar Wilde, De profundis. 1905).
El segundo amor trágico será el impotente.
En este caso, se escogió a la autora Emily Dickinson y a su amante Susan Gilbert, quienes vivieron un romance secreto durante años.
De los mil 789 poemas que existen de la autora, 300 son dedicados a Gilbert. En estos, la llamaba con los apodos más dulces y le expresaba su amor incondicional, tal como el que tenía Dante por Beatriz. Eran cartas muy hermosas que, lamentablemente, solo quedaron en eso, ya que Gilbert se casó tiempo después con el hermano de Emily, y se volvieron sus vecinos.
Su corazón se rompía ante la impotencia de perder a su amor eterno.
[Carta 181]
Tengo que esperar algunos días antes de verte –
Tú eres demasiado trascendental.
Pero recuerda es idolatría,
no indiferencia.
Emily.
[Finales de la década de 1870]
El tercer amor trágico será el engañado.
No hay ejemplo más claro que las múltiples infidelidades por parte de Diego Rivera hacia Frida Kahlo. Él es considerado el mayor representante de la Escuela Mural Mexicana y ella, la máxima figura del surrealismo mexicano. Ambos pintores contrajeron matrimonio en el año de 1929.
Diego ya tenía un registro de adulterio bastante amplio antes de casarse con Frida. Cabe recalcar la gran diferencia de edad que existía, ya que al conocerse él tenía 30 y ella 15, sin embargo, nada de esto importó.
Luego de varios engaños, cayó la gota que derramó el corazón sangrante de Frida cuando se enteró que Diego le era infiel con su propia hermana. Esto la destrozó y la hizo caer en una profunda depresión, pues se dio cuenta que, por más dolor que sintiera y por más daño que este hombre le hiciera, ella lo seguiría amando y sería incapaz de vivir sin él.
Con esto llegaron a un acuerdo de relación abierta, que se plasmó en su casa en el barrio de San Ángel en el año 1931, donde la vivienda se dividía por dos casas independientes unidas por un puente entre ellas.
Tiempo después de este arreglo, en 1937, León Trotski llegó a México luego de huir de su país, aquí, Rivera le ayudó a establecerse y mientras esto sucedía, él entablaba un romance con su esposa Frida. Con este amor se llegó al límite de la pareja, y se divorciaron, pero sin nunca romper este lazo de dependencia.
De este amor dependiente surgieron obras por ambas partes tan bellas como desoladoras, transmitiendo el infinito mensaje de ambos sobre su amor.
Diego:
Mi amor, hoy me acordé de ti aunque no lo mereces tengo que reconocer que te amo. Cómo olvidar aquel día cuando te pregunté sobre mis cuadros por vez primera. Yo chiquilla tonta, tu gran señor con mirada lujuriosa me diste la respuesta aquella, para mi satisfacción por verme feliz, sin conocerme siquiera me animaste a seguir adelante. Mi Diego del alma recuerda que siempre te amaré aunque no estés a mi lado. Yo en mi soledad te digo, amar no es pecado a Dios. Amor aún te digo si quieres regresa, que siempre te estaré esperando. Tu ausencia me mata, haces de tu recuerdo una virtud. Tu eres el Dios inexistente cada que tu imagen se me revela. Le pregunto a mi corazón por que tu y no algún otro. Suyo del alma mía.
Frida K.
El último y cuarto amor trágico es el reencuentro.
Esta pareja hizo muchos performance a lo largo de su vida, pero el que mas los marcó, fue el último de su carrera.
Ulay y Marina Abramovich se conocieron en 1976 y estuvieron juntos por 10 años hasta su ruptura en 1988 con su performance “The lovers”, en el cual recorrieron la Muralla China de extremos contrarios (ella desde el Mar Amarillo y él desde el desierto de Gobi), caminando alrededor de 2500 km para encontrarse en la mitad y despedirse para siempre.
Esta proeza duraría solo unos años, ya que el destino se encargaría de reunirlos nuevamente. Habían pasado alrededor de 22 años cuando Marina tuvo un performance en el MoMa de Nueva York: “El artista está presente”. Aquí, la artista se sentaba por 60 minutos en la sala y los espectadores podían sentarse frente a ella y sostenerle la mirada. Todo esto, sin cambiar nunca su expresión. La sorpresa fue inmensa cuando apareció entre la multitud su ex esposo Ulay, quien, sin excepción, se sentó frente a ella y en una mirada que a pesar de durar un minuto pareció eterna, le transmitió a Marina ruego, tristeza, alegría, desesperanza y aceptación. Todo sin decir una sola palabra.
Esta actuación es emblemática por la forma en que reaccionaron el uno con el otro, daba la impresión de que estuvieran presenciando su vida matrimonial en unos cuantos segundos.
Después de esto no se volvieron a ver, pero tuvieron una despedida que les reconfortó el corazón al saber que todo estaba en su lugar.
Es así cómo quisiera terminar, habiendo hecho énfasis en cada etapa de lo que una relación puede ser para mí. Cada persona tiene una perspectiva distinta, pero todos podemos concordar con la aparición de estos sentimientos en algún punto. Puede que haya quienes no experimentaron algunas o se identificaron con todas. Al final, lo que importa es saber que el corazón que se ha partido por amor, es el que más sufre por la pérdida y añora lo que no se podrá jamás.
Bibliografía
1. Yuste, M. (2020, 14 febrero). Ocho escritores y artistas famosos que tuvieron vidas amorosas no convencionales. Trendencias. https://www.trendencias.com/general/ocho-escritores-artistas-famosos-que-tuvieron-vidas-amorosas-no-convencionales
2. Morón, A. (2018, 22 mayo). La historia de amor de Marina Abramovich y Ulay. Caras. https://www.caras.com.mx/lifestyle/video-de-marina-abramovich-la-historia-de-amor-de-marina-abramovic-y-ulay