Paulina Salmun Zagha
¿Qué es el feminismo?
A viva voz gritamos: ¡arriba el feminismo! Pero… ¿Qué es el feminismo realmente? El feminismo nace en el siglo XVIII; es una teoría política y un movimiento social articulado por mujeres que, tras analizar la realidad en la que viven, toman conciencia de la opresión, la dominación, la explotación y las distintas discriminaciones que sufren por el simple hecho de ser mujeres, y que se desprenden de un seno patriarcal. Su finalidad es tomar acción para la liberación de su sexo y acabar con dichas conductas patriarcales, en aras de crear una sociedad más justa, incluyente y equitativa. Es decir, es un discurso político y social que se basa en la justicia y que busca que el mundo sea mundo para todo mundo.
Las gafas violetas
El feminismo se cuestiona el orden establecido con la toma de conciencia y el replanteamiento de individualidades sobre la forma en la que vivimos las mujeres –y el lugar que ocupamos y que hemos ocupado históricamente– dentro de la sociedad y del mundo. Es decir, es como si nos pusiéramos unas gafas que nos permiten ver la realidad del mundo en cuanto a la marginación y desigualdad constante a la que nos enfrentamos las mujeres. De esta manera, podemos visualizarlo, concientizar y tomar acción.
Primera ola
El feminismo surge a finales del Siglo XVII e inicios del Siglo XVIII estrechamente vinculado al movimiento de la Ilustración, en donde se denunciaba la exclusión de las mujeres en los derechos, en la universalidad de la razón, y en general, en el desarrollo de una vida libre de prejuicios. Se exigía incluir a las mujeres en esas prerrogativas universales al denunciar las incongruencias en las que incurrían las prácticas sociales dominantes.
La Revolución Francesa de 1789 tuvo como resultado la consecución de la igualdad jurídica, de las libertades y derechos políticos, pero esos beneficios jamás se vieron reflejados en las mujeres, por lo que éstas decidieron comenzar a buscar su independencia económica mediante trabajos remunerados, el acceso a la educación y la exigencia de igualdad de derechos civiles.
Segunda ola (movimiento sufragista)
Se busca el reconocimiento a la ciudadanía para las mujeres como un derecho fundamental. El movimiento sufragista era de carácter interclasista, por considerar que todas las mujeres sufrían discriminaciones semejantes por el simple hecho de ser mujeres. Nace en Inglaterra en 1851, y las mujeres (llamadas suffragettes) intentaron seguir procedimientos democráticos en la consecución de sus objetivos durante casi 40 años. Las sufragistas inglesas consiguieron tener como aliado a John Stuart Mill, economista e integrante del Parlamento, que presentó la primera petición a favor del voto femenino en el Parlamento y fue una referencia para pensar la ciudadanía no excluyente. Sin embargo, no se obtuvo respuesta positiva.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, los varones fueron llevados al frente y las mujeres se vieron obligadas a ser el sostén económico, industrial y de la administración pública. En tales circunstancias, nadie pudo oponerse a las demandas de las sufragistas, por lo que el Rey Jorge V amnistió a todas ellas y en 1917 fue aprobada la ley de sufragio femenino.
Tercera ola
Dos obras fundamentales dieron vida a la tercera ola del feminismo: El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir de 1949 y La Mística de la Feminidad, de Betty Friedan de 1963.
En sus postulados, ambas autoras analizan la posición de las mujeres dentro de la evolución del mundo masculino. El mensaje central de Betty Friedan fue que algo estaba pasando entre las mujeres norteamericanas, ella lo denominó el problema que no tiene nombre, es decir, que las mujeres experimentaban una sensación de vacío al saberse definidas no por lo que son, sino por las labores que desempeñan (esposa, madre, ama de casa, chofer de los hijos, etc.). En ese sentido, las mujeres fueron atrapadas por la mística de la feminidad y para romper esta trampa y lograr su propia autonomía, Betty aportó una solución: incorporarse activamente a la vida pública, laboral y política.
En 1966, Betty Friedman creó NOW (la Organización Nacional de Mujeres), llegando a ser la organización feminista liberal más influyente en todo el mundo. Esta organización consideraba que si las mujeres ejercían sus derechos y se incorporaban al mundo laboral, entonces sus problemas tendrían solución.
Posteriormente, surgió el feminismo radical (1967 y 1975), en donde se consideraba que todo aquello que las mujeres sufrían en su vida privada, también le concierne a la política por tratarse de conductas patriarcales que afectaban a la sociedad en su conjunto; de ahí surge el lema: lo personal es lo político.
Cuarta ola
Después de los años 80s y hasta el día de hoy, las mujeres nos sumamos a la cuarta ola del feminismo, en donde luchamos por nuestra incorporación en la esfera pública, social y política. Luchamos en contra de la desigualdad de género, los techos de cristal, los distintos tipos de violencia a los que estamos expuestas, los feminicidios (por las 13 mujeres que mueren a diario a manos de sus feminicidas), el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, el derecho de las mujeres trans y, en general, para que se nos considere como seres humanos en un mismo plano respecto de nuestros compañeros de sexo masculino.
La lucha no paró con nuestras compañeras de la tercera ola, y no ha parado hasta el día de hoy. Debemos seguir fuertes y unidas, porque el patriarcado se va a caer, y el feminismo va a vencer.
Bibliografía
Valeria, Nuria. Feminismo para principiantes. (2018). Madrid, España. Editorial Casa del Libro.