- Maria Gomez Zamora
- Víctor Hugo Ramírez Sánchez
- José Miguel Cruz Gil
¿Y por qué no imprimen más billetes y así solucionamos los problemas que conocemos y atribuimos a la falta de dinero como la pobreza, el hambre y la desigualdad?, es una de las preguntas que seguro te has hecho y que, si eres economista, te habrán cuestionado un sin número de veces. Para responder a esta pregunta, es necesario recorrer la historia del dinero, preguntarnos por qué confiamos en él y reconocer qué efectos contraproducentes queremos evitar.
Brevísima historia del dinero
Si volvemos en el tiempo, podemos encontrar que el comercio ha formado parte de la historia de las personas de diferentes formas e intensidades. El intercambio se fue transformando hasta el punto en donde las deudas, los pagarés y las fiadas formaban parte de la rutina de lxs comerciantes. Para poder mantener registro, se tallaban las deudas en madera, e incluso la deuda misma era una forma de intercambio. No obstante, no podías pagar con cualquier deuda en cualquier lado, puesto que requerías que el deudor tuviera una buena reputación y confiar que pagaría o que alguien más aceptaría su deuda.
La deuda no solo surgió como mecanismo para reducir los costos del intercambio y evitar que todxs pasearemos con lo que producimos hasta encontrar quién lo quisiera, también se manifestaba en contextos sociales como los delitos, donde el agresor queda en deuda con la víctima, con su familia o con la sociedad, teniendo que saldar su deuda con una autoridad, donde el pago se transformó después en los impuestos que sustituyeron las tarifas y las multas. (Arestis & Sawyer, 2014).
Por otra parte, las personas pagaban al régimen por diversos motivos y los gobiernos, al requerir una universalización de la deuda, empezaron a aceptar únicamente cierta forma de pago, que después se transformó en su propio monopolio: sellar monedas y cobrar por este servicio, mismas monedas que serían las únicas que aceptarían para el pago de impuestos. (Rogoff, 2017).
La liquidez y el dinero del siglo XXI
Hoy en día usamos dinero para realizar intercambios, porque además de que en él depositamos confianza, ciertos tipos de dinero (billetes, monedas o electrónico, como el de las tarjetas) tienen una cualidad importante que es lo que lxs economistas llamamos liquidez: la facilidad de intercambiarlo (a diferencia de otros medios como el trueque).
Según Keynes, reconocido economista del siglo XX, hay 3 razones por la que las personas demandan dinero: especulación, precaución y transacción, para esta última es necesario demandar dinero líquido. (Galán et al., 2018).
Los bancos (como BBVA y Citibanamex) bajo la regulación del Banco Central (en el caso de México, en el Banco de México) responden a la demanda de liquidez y ayudan a inyectar dinero líquido. Esta acción solo es posible si el dinero está respaldado en cierta medida por los activos a largo plazo y por el capital de los bancos. Esto último suena como ‘imprimir billetes’, pero los bancos son solo distribuidores de estos, y es la autoridad quién controla la cantidad que hay de los mismos (imprimiendo y recolectando), ya que en esta historia sí hay un enemigo: la inflación, y se puede presentar en forma desmedida al menor descuido.
La confianza hay que ganarla
La confianza en el dinero no es algo que simplemente aparezca, responde a procesos históricos de larga duración, por ejemplo, en la historia de México. En 1804 la entonces Nueva España enfrentaba un grave problema de liquidez, ya que los vales reales estaban siendo utilizados para el financiamiento de la corona española. Esto generó que los españoles en Nueva España tuvieran dificultad para cobrar impuestos, pues los habitantes desconfiaban de los vales y rechazaban su uso.
En otro capítulo de la historia de México, durante el Imperio de Iturbide se crearon los primeros billetes consistentes en cédulas de un peso; sin embargo, estos billetes se enfrentaron a dos grandes problemas: por un lado, con una historia de más de 300 años como colonia explotadora de plata, a los habitantes se les hacía inimaginable pasar su confianza de un metal precioso a un simple papel; por otro lado, la poca legitimación del propio gobierno de Iturbide hacía que los habitantes no respaldaran los billetes emitidos bajo su mandato.
El problema sobre la validez y respaldo del dinero continuó; sin embargo, no era el único problema, ¿qué pensarían si les dijéramos que para ese entonces no existía el Banco Central y que la emisión de billetes era controlada por varios bancos? El resultado es un desorden total en la cantidad de dinero circulante.
Irónicamente el primer intento para detener este desorden fue dado por el dictador Porfirio Díaz con la creación del marco normativo del sistema bancario. ¿Y qué creen? Lamentablemente el problema no se resolvió hasta la creación del Banco de México, el primero de septiembre de 1925 bajo el mandato del presidente Plutarco Elías Calles. Mientras que el problema de emisión no se resolvió hasta el primero de abril de 1994, cuando se otorgó autonomía al Banco de México. (Vázquez & Díaz, 2021).
¿Qué pasaría si intentamos simplemente imprimir más billetes?
Si mañana llovieran billetes y las personas los guardaran para siempre bajo su almohada, no pasaría nada. El fenómeno problemático responde a la velocidad en la que se mueven estos billetes. Si una cantidad desmedida de billetes se inserta en la economía, generaría incentivos para ir muy rápido, que el dinero líquido pase rápidamente de una persona a otra.
Si la demanda de bienes y servicios incrementa de forma sostenida y generalizada, presionará los precios al alza. Por ejemplo, si tú haces pasteles y sube el precio del huevo y la harina, porque estos sectores tienen un exceso de demanda, te verás obligado a incrementar también tus precios. Además de que, con mayores precios y más billetes, perderían valor relativo y estorbarían: imagina ir a comprar un helado con un montón de billetes de cien, no sería práctico.
La inflación parece una respuesta sencilla a una gran pregunta; sin embargo, puede esconder (múltiples) variables muy importantes, en México la inflación se mide mediante el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y responde al aumento generalizado y sostenido de los precios. La banca central tiene como objetivo mantener estable la inflación, porque su crecimiento desmedido tiene efectos como: pérdida de poder adquisitivo, incertidumbre y pérdida de ahorro. (Empresa Actual, 2021).
El Banco de México (2021) controla la inflación mediante mecanismos y herramientas como la tasa de interés, las reservas internacionales, el tipo de cambio e incluso debe contemplar el dinero ilícito que se inserta en la economía mexicana.
Simplemente imprimir billetes podría implicar perder el control de la inflación y crear un círculo vicioso que alimente los problemas que queríamos resolver. Por ejemplo, en México, tras el “milagro mexicano” caracterizado por un alto gasto de gobierno que dinamizaba la economía, se generó la crisis inflacionaria de los ochenta que llevó al incremento de la desigualdad y la pobreza.
Entonces, ¿valdrá la pena una mayor emisión de dinero para ayudar a las personas a que se sientan menos pobres por un corto plazo?, o, por el contrario, ¿se deben de aplicar políticas sociales y económicas encaminadas a lograr el bienestar de las personas durante un periodo más largo?, esta última reflexión nos gustaría dejárselas a ustedes.
Bibliografía
1. Arestis, P., & Sawyer, M. C. (2014). A handbook of alternative monetary economics. Edward Elgar.
2. Banco de México. (2021). Efectos de la Política Monetaria sobre la Economía. Instrumentos de PM. https://www.banxico.org.mx/politica-monetaria/instrumentos-politica-monetar.html.
3. Empresa Actual. (2021, July 3). Inflación. Concepto, Causas, Tipos y Consecuencias. Empresa Actual. https://www.empresaactual.com/inflacion-todo-lo-que-debes-saber/.
4. Galán, G., Bournigal, G., & Beltré, O. (2018, January 24). ¿Por Qué se demanda Dinero? – MACROCONCEPT ANALYTICA. Analytica. http://staging.analytica.com.do/2018/01/por-que-se-demanda-dinero/.
5. López, P. (2021, March 8). Dinero electrónico. Gaceta UNAM. https://www.gaceta.unam.mx/dinero-electronico/.
6. Rogoff, K. S. (2017). The curse of cash. Princeton University Press.
7. Vázquez, N., & Díaz, M. (2021). Billetes más allá de un medio de cambio. Economía Informa, 15–34.