- Alexa Valls Chávez
Desde que tengo memoria, la menstruación ha sido un tema tabú. En algunas partes del mundo es entendida como sucia, en otras simplemente es como si no existiera y tenemos que ocultarla para evitar incomodar a lxs demás. Aún recuerdo cómo, a partir de que empezamos a menstruar en secundaria, prepa o hasta primaria, las niñas sacábamos las toallas “higiénicas” de la mochila a escondidas, como si fueran una droga. Igualmente, el hecho de que si una se manchaba el pantalón o la falda era totalmente “vergonzoso”, “humillante” y “asqueroso”, cuando en realidad no lo es. La menstruación es el sangrado vaginal normal, que ocurre como parte del ciclo menstrual de la mujer, es el cuerpo funcionando y no tiene nada de asqueroso, vergonzoso ni humillante.
Como sociedad, es mucho lo que tenemos que evolucionar y aprender. Empecemos por lo primordial, normalizar el acto de menstruar, el cual es parte de un ciclo completamente sano, saludable y beneficioso. Como si fuera poco, aparte de atravesar los tremendos desajustes de nuestro ciclo hormonal, el cual dura alrededor de 28 días, de los cuales no nos sentimos igual en ninguno de ellos, a diferencia de los hombres que tienen un ciclo hormonal de un día que suele ser siempre igual; tenemos que aguantar el típico comentario, que puedo asegurar que TODAS como mujeres hemos oído, “seguro es porque estás en tus días”. Este comentario es como recibir una bofetada en la cara, sobre todo porque el contexto en el que se emplea usualmente es para invalidarte como mujer, porque estás molesta y quejándote de algo, porque no aceptas algo, porque no estás de acuerdo con alguien, porque decidiste que hoy no vas soportar tonterías, o simplemente porque quejarse o estar de malas siendo una mujer no está socialmente aceptado, ya que se espera que siempre seamos “amables”. Dicho comentario es innecesario e irrespetuoso. Sí, la menstruación no es algo que hay que ocultar, pero el hecho de que hay que normalizarla como tal no quiere decir que irrumpas la privacidad de alguien como mujer, mucho menos para invalidar sus reacciones, forma de actuar o pensar. El punto es aceptar como sociedad la menstruación como algo normal. A pesar de no ser un secreto, sigue siendo nuestra privacidad, y comentarios ajenos respecto a NUESTRA menstruación acaban siendo totalmente inapropiados. ¿Qué importa si tengo la regla o no? ¿Realmente en qué te afecta? ¿Lo dices porque te preocupas por mí o para incomodarme?
Una pregunta pertinente ya en este punto sería: ¿realmente qué conlleva el ciclo de la mujer? Como sabemos es el proceso de preparación que el sistema reproductivo femenino hace para un potencial embarazo. Entre los días 6 y 14 nos sentimos más positivas a causa del estrógeno y la progesterona (las hormonas sexuales femeninas), cuando los niveles de progesterona comienzan a aumentar es cuando empezamos con los síntomas premenstruales (cambios de humor, aumento de apetito, pelo graso, cólicos menstruales, dolor de cabeza, dolor en los senos, cansancio, insomnio, acné, bajos niveles de energía, etcétera), y cuando llega la menstruación los síntomas se intensifican , lo cual nos provoca estados de ánimo más irritables y cansados. ¡Pero ojo! A pesar de todo esto, no quiere decir que dejemos de ser funcionales, tan solo es para que te des cuenta por todo lo que tenemos que pasar. Pero seguimos siendo totalmente funcionales, de hecho, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), debido al aumento de estrógeno durante el ciclo menstrual también crece la conectividad sináptica en el hipocampo, es decir entre más estrógeno menos impulsividad en cuanto a la toma de decisiones, así que a pesar de todas estas complicaciones y obstáculos somos perfectamente capaces.
Muchas mujeres sufrimos unos tremendos desajustes hormonales con la menstruación, sí, podemos estar más irritables, tener menos paciencia, ser más propensas al estrés, tener otro estado de ánimo o reaccionar de forma diferente a si no la tuviéramos ¿pero eso qué? Hay quien toma medicamentos por alguna enfermedad o padecimiento, los cuales le ocasionan efectos secundarios muy parecidos a los que nos suceden a las mujeres durante la regla, como irritabilidad, impaciencia, impulsividad, estrés, cambios de ánimo, etcétera. Estoy segura de que a esa persona nunca le dirías “seguramente estás con los antihipertensivos (medicamento que afecta el estado de ánimo)” o “¿estás tomando corticoides (medicamentos para controlar procesos inflamatorios de la piel que alteran el equilibrio hormonal, metabólico y del sistema nervioso) verdad?” ¡Ves! totalmente innecesario y fuera de lugar.
Dicho todo esto también quisiera aclarar que mientras este tipo de preguntas se mantengan impiden que podamos romper con el estigma de los famosos roles de género que establecen las tareas, comportamientos y responsabilidades socialmente aceptadas y asignadas al género masculino y femenino. Por ejemplo, cuando un hombre es ambicioso, dedicado y determinado se le adjudica que es un líder asertivo, mientras que en el caso de una mujer es porque es mandona, porque “está en sus días” o porque es insoportable. Cuando el hombre está de malas es porque tuvo un día muy pesado, pero si una mujer está de malas seguramente es porque está en sus días. El estar en tus días no te hace menos como mujer ni como persona y tampoco debería de avergonzarnos, pero el hacer ese tipo de comentarios realmente nos atrasa como sociedad e incomoda como mujeres. Hay que ser más abiertxs y más empáticxs. Dejemos de estigmatizar el ciclo menstrual y aprendamos a respetarlo.