Sebastían Gallegos Arias
Pequeña criatura de bella disidencia,
No temas, pues llegará el día en el que te des cuenta de que no eres un error, no eres una abominación. Llegará el día en el que te des cuenta de que eres la posibilidad de existencia más rica y vivaz. Llegará el día en el que te des cuenta que la culpa no es de quienes te criaron, sino de quienes dictaron como “debía” ser una crianza en primer lugar. Llegará el día en el que tu sistema de creencias se encuentre patas para arriba. Llegará el día en el que construyas un nuevo aprendizaje con todas esas cenizas del pasado. Llegará el día en el que puedas gobernar tu propio reino. Llegará el día en el que puedas jugar sin miedo a ser el objeto de juego. Llegará el día en el que te des cuenta que la normalidad es asesina. Y así, llegará el día en el que la rabia te impulsará a construir un nuevo mundo desde la empatía. Llegará el día en el que tus decisiones no sean tomadas con miedo, y sean accionadas desde el amor. Llegará el día en el que puedas reconocer tu importancia. Llegará el día en el que encuentres valor en lo aberrante. Finalmente, comprenderás quién eres fuera de una construcción. Llegará el día en el que todo lo preestablecido caerá con fuerza y tu verdadero camino se asemejara a un oasis cuir, lleno de colores y diamantinas. Llegará el día en el que tus verdaderas pasiones serán escuchadas, accionadas y creadoras. Llegará el día en el que puedas habitar tu propio cuerpo. Llegará el día en el que no sea necesario explicar quién eres, o por qué eres tal como eres. Llegará el día en el que no sea necesario entender a los cuerpos ajenos. Llegará el día en donde solo importe tu pensamiento. Llegará el día en el que las escuelas dejen de ser máquinas productoras de infancias desprotegidas. Llegará el día en el que puedas amar. Llegará el día en el que vivir no implique sobrevivir. Llegará el día en el que la diversidad sea la normalidad. O mejor aún, el día en donde no exista tal cosa como la normalidad. Llegará el día de la utopía y no la distopía. Llegará la fuerza que estás por encontrar. Llegarán las ganas de cambiar. Todo ese poder finalmente florecerá, y llegará la vida, llegará.