- Ignacio Larracilla
El pasado miércoles diecisiete de noviembre, el presidente estadounidense Joe Biden, anunció un plan de miles de millones de dólares para expandir las capacidades de producción de vacunas en Estados Unidos (Taylor, 2021). Con esto busca cumplir su promesa de convertir a su país en un “arsenal de vacunas” para el mundo.
Aunque esto suena como algo extremadamente bueno para el mundo—porque, 100 millones de vacunas al mes es algo objetivamente bueno—, esta práctica solo deja claro la poca disposición del país para buscar mejores maneras de solucionar la presente y futuras pandemias.
Hay varias críticas que se le pueden hacer a este plan. Como que es demasiado tarde, llegando después de más de cinco millones de muertes en el mundo (WHO, 2021). Pero, la principal, es el hecho que Estados Unidos y las empresas Pfizer y Moderna (ambas norteamericanas), son los que salen más beneficiados.
Porque la realidad es que ambas compañías, siendo las principales vacunas usadas por los gobiernos internacionalmente, lo único que buscan son ganancias. Se espera que Pfizer tenga entre 15 y 30 mil millones de dólares en venta y Moderna entre 18 y 20 (Kollewe, 2021). Es por todo esto que muchos críticos las han llamado un duopolio en vacunas (Taylor, 2021).
“Pero Estados Unidos va a donar las vacunas”
Otra vez, esto es algo bueno, pero limita la independencia de todos los otros países, principalmente los menos ricos. Estados Unidos, Europa y hasta México pueden pagar (con distinta facilidad) las vacunas que se necesitan, pero ha quedado claro que esto no es así en todo el mundo.
Países en desarrollo, especialmente en África, siguen teniendo un porcentaje bajísimo de vacunación. Esto es porque, en lugar de compartir la tecnología para desarrollar vacunas, los países como Estados Unidos optan por donarlas. Acto que solo atrasa la vacunación de los países en cuestión.
El hecho que Biden esté buscando producir cantidad tan alta de vacunas solo solidifica la diferencia entre los países desarrollados y los subdesarrollados. Estados Unidos está creando y fortaleciendo una relación extremadamente horizontal en la cual, sin su apoyo, los países no pueden valerse por sí mismos.
Este camino solo enriquece a las empresas internas del país y les arrebata independencia a los países para dársela a Estados Unidos. ¿Por qué no compartir la tecnología necesaria para que todos los países del mundo tengan las capacidades para combatir la pandemia por ellos mismos?
Bibliografía
1. Kollewe, J., “From Pfizer to Moderna: who’s making billions from Covid-19 vaccines?”, The Guardian, 6 de marzo, 2021. Recuperado de https://www.theguardian.com/business/2021/mar/06/from-pfizer-to-moderna-whos-making-billions-from-covid-vaccines.
2. Taylor, A., “Biden’s plan to vaccinate the world faces an obstacle: Vaccine manufacturers”, The Washington Post, 18 de noviembre, 2021. Recuperado de https://www.washingtonpost.com/world/2021/11/18/bidens-plan-vaccinate-world-faces-an-obstacle-vaccine-manufacturers/
3. WHO, “WHO Coronavirus (COVID-19) Dashboard”, sin fecha. Recuperado de https://covid19.who.int.