- Emilio Cruz López
- Lorena Remirez
Resumen: La crisis de la democracia y la legitimidad de los autoritarismos han traído un fenómeno complejo de alternancia a gobiernos de centro-izquierda en América Latina, y en su contraparte europea la mayoría son gobiernos de derecha y derecha radical. Pero, hasta qué punto ¿son comparables los fenómenos de izquierda de América Latina y de derecha en Europa? ¿En qué se parecen?
El “fin” de la pandemia evidenció y potenció muchas de las crisis que la civilización internacional estaba enfrentando. Los cambios radicales en la cultura y las ideologías trajeron consigo las visiones “modernas” para solucionar los problemas más grandes del mundo. La crisis de la democracia y la legitimidad de los autoritarismos han traído un fenómeno complejo de alternancia a gobiernos de centro-izquierda en América Latina, y en su contraparte europea la mayoría son gobiernos de derecha y derecha radical. Pero, ¿son comparables los fenómenos de izquierda de América Latina y de derecha en Europa? ¿En qué se parecen?
La derecha radical europea trae consigo una variedad de temas que van desde el nacionalismo excluyente hasta el autoritarismo. Sin embargo, podríamos sintetizar su bandera en tres pilares que coinciden en todos los movimientos europeos: la xenofobia, el populismo antisistema, y la exaltación étnica de la nación junto con la oposición a la educación con perspectiva de género. En síntesis, el ser fiel a estos movimientos trae como “recompensa” la creación de una identidad exclusiva que señala un grupo específico de culpables (Rodríguez-Aguilera 2013).
La ola de gobiernos de extrema derecha en el continente europeo comenzó desde 2015 y se creía que había terminado para el inicio de la pandemia en 2020. Sin embargo, la reciente de Georgia Meloni en Italia, la ratificación al gobierno de Viktor Orbán en Hungría, el ascenso del grupo de extrema derecha de los “demócratas” de Suecia y el apoyo a agrupaciones como “Alternativa para Alemania” con tintes neonazis, entre otros eventos, reafirman que la ala extremista está más viva que nunca y tendrá un papel importante en la configuración de la agenda política regional de Europa, así como también en su papel en el mundo (Huygens, 2012).
El fortalecimiento de agrupaciones que se basan en plataformas antiinmigrantes, nacionalismos históricos, rechazo a derechos de la comunidad LGBTTIQA+, e incluso el retroceso en cuestiones básicas como promover la no violencia contra las mujeres son temas que se ponen en duda en gobiernos como los de Polonia han encontrado su fuerte apoyo.
La raíz del fortalecimiento de estos movimientos en Europa reside en el hecho de que se les ha permitido institucionalizar estas ideas para convertirse en su mayoría en partidos políticos. La cuestión es que el institucionalizar les ha dado legitimidad, mayor alcance y fortalecimiento indirecto reforzando su poder de convocatoria. En términos generales esto explica el fortalecimiento de la derecha en general, con el ala radical y extremista se está generando más apoyo porque los partidos se están acercando cada vez más a estas posiciones en vez de la moderación (Cas 2007).
Estamos hablando de una normalización de los radicalismos políticos, y si realmente se busca entender el fenómeno, es necesario entender a detalle la historia individual de cada país que se ha volcado a los extremos, pero también comprender la lógica internacional que obedecen. Por ejemplo, con respecto a la oposición a la migración, con las nuevas olas de inmigración de los últimos años la comunidad migrante se ha hecho cada vez más presente, y con esto, se ha generado una reacción violenta por parte de los sectores de la sociedad más opuestos a la multiculturalidad. La crisis de los refugiados en Europa en 2015 y 2016 fue un catalizador importante de estos sentimientos de oposición. Sí es un proceso gradual, pero que con el paso del tiempo se ha fortalecido.
Por otro lado, tenemos el caso contrastante de América Latina. El reciente triunfo de Lula en Brasil vino a reafirmar la teoría de muchos analistas internacionales sobre lo que está pasando políticamente en la región de América Latina: una nueva ola de izquierda. Si bien esta la podríamos denominar como “la segunda ola” (la primera siendo en los años 2000), esta es especialmente relevante porque ahora, el movimiento cuenta con dos integrantes que no se unieron a la ola anterior: México y Colombia. Ambos países se habían mantenido al margen de estos movimientos políticos por razones propias. En México, la democracia estaba naciendo con la reciente creación del Instituto Federal Electoral, y la derrota del partido hegemónico que dominó el país durante 70 años: el Partido Revolucionario Institucional (PRI); régimen al que Mario Vargas Llosa llamó “la dictadura perfecta”. Por otro lado, Colombia atravesaba condiciones complicadas en crimen y violencia, lo que había imposibilitado a la izquierda acceder a la presidencia. (Lissardy, 2022)
¿Qué es lo que ha llevado a la izquierda a ganar la confianza del electorado a lo largo y ancho de América Latina? La realidad es que la izquierda y el sistema electoral en la región responde a una lógica particular y propia; pero el común denominador es uno: la desigualdad. Si algo tienen en común todos los países que integran la región, es la desigualdad en la concentración de la riqueza; que se acumula en las manos de unos cuantos, dejando a altos porcentajes de la población en condiciones de pobreza. (Escobedo, 2022) Aunado a esta problemática que no es para nada nueva, la crisis económica desatada a como consecuencia de la pandemia por COVID-19 ha generado estragos importantes en el desarrollo de la región que ha despertado nuevas dinámicas y preocupaciones en los votantes. Lo que se estima, es que aquellos votantes identificados como de “centro”, se han visto impactados por estas nuevas problemáticas, dándole su voto a la izquierda con la esperanza de generar un cambio que se encamine más hacia un Estado de bienestar y una justicia social.
Ahora, ¿qué relación podemos ver entre ambas regiones y ambos fenómenos políticos? Por un lado, en ambos continentes se han fortalecido los liderazgos con sus respectivas ideologías en gran parte por el disgusto social y popular de las clases “tradicionales” políticas privilegiadas.
Por otro lado, el populismo, que es un concepto que se ha prestado a muchas interpretaciones y manifestaciones, se podría delimitar que es una herramienta política que ha sido empleada en movimientos de izquierda y derecha para polarizar a la sociedad entre una élite económica, política y en algunos casos empresarial que actúa singularmente para proteger sus propios intereses, mientras que para este “líder” existe otro bando que no es indiferente a las necesidades del verdadero “pueblo” en el que él cree. (Politico 2022).
El populismo suele estar relacionado con el autoritarismo, ya que la obediencia singular a un solo liderazgo le otorga el valor de desarrollar formas de gobierno autoritarias, pero en el discurso se mantienen como democráticos. Sin embargo, es importante recalcar que el populismo se puede dar en ambos espectros políticos, tanto de derecha, como de izquierda.
Cada región trae consigo sus diferencias para explicar el crecimiento de ciertos movimientos, sin embargo, es un hecho que la desigualdad del ingreso es un factor común para explicar, por un lado, el crecimiento de la derecha radical en Europa y por el otro, la izquierda en América Latina. (Turkewitz 2022).
Podríamos preguntarnos: ¿realmente existe una fórmula para detener los extremismos políticos? Como punto de partida es importante promover la mitigación de las ideas más radicales, buscar el consenso y particularmente no normalizar estas ideas. Estos fenómenos de extremismo, populismo y polarización excesiva, son más frecuentes en periodos de crisis económica, social o política.
Es un hecho que en Europa se está conformando un entorno hostil para la mayoría de las minorías, tanto étnicas como también sexuales. En Italia y Suecia por ejemplo, el eje es el hecho de que la derecha radical es vista socialmente como una derecha moderada, se está produciendo una tergiversación del mismo movimiento, no es que se estén moderando las propuestas más polarizantes, es más bien que que la corriente principal de la derecha se está radicalizando cada vez más. Esto también sucede en Dinamarca en dónde las propuestas del centro no son muy diferentes a las propuestas de la derecha radical; deben buscarse las diferencias para no legitimar a la agenda más radical (Turkewitz 2022).
Dentro de Europa quizás es temprano todavía para mencionar que existe una colaboración internacional de las derechas radicales. Todavía existen diferencias importantes en temas relevantes como lo son la intervención rusa en Ucrania. El gobierno de Meloni tiene diferentes voces que apoyan la intervención, mientras que otros no lo hacen. La derecha de estos tintes está dividida, pero al mismo tiempo está creciendo, generando redes más fuertes que hace diez o quince años (Turkewitz 2022). Por otro lado, América Latina parece estar fortaleciendo cada vez más a la izquierda. Pero como hemos visto a través de la historia, el péndulo eventualmente se acercará más a la derecha que a la izquierda, hasta que llegue el agotamiento de ese modelo de desarrollo también.
Finalmente, no se debe olvidar que la derecha radical tanto en Europa como en América Latina, así como también la izquierda, buscan la misma base de apoyo popular; y una cosa es segura: la desigualdad es el catalizador de este siglo, es el factor que más polariza y divide generando heridas irreconciliables.
Bibliografía
1. Deutsche Welle (www.dw.com). (s. f.). Pobreza en América Latina: niveles no vistos en casi 30 años. Disponible en: https://www.dw.com/es/pobreza-en-am%C3%A9rica-latina-niveles-no-vistos-en-casi-30-a%C3%B1os/a-63467143
2. BBC News Mundo. (2022, 29 junio). En qué se diferencia la nueva ola de izquierda en América Latina de la “marea rosa” que surgió hace dos décadas. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-61977393
3. Rodríguez-Aguilera, Cesáreo. Euroescepticismo, eurofobia y eurocriticismo. Los partidos radicales de la derecha y la izquierda ante la Unión Europea. Barcelona:
4. Huygens, 2012. English edition: Euroscepticism, Europhobia and Eurocriticism. The radical parties of the right and left vis-à-vis the European Union. Brussels: PIE/ Peter Lang, 2013.
5. Mudde, Cas. Populist radical right parties in Europe. Cambridge: Cambridge University Press, 2007.
6. Politico. 2022. Understanding Europe’s shift to the right . septiembre. Último acceso: 13 de noviembre de 2022. https://www.politico.eu/article/understanding-europes-shift-to-the-right/.
7. Turkewitz, Julie. 2022. As Latin America Shifts Left, Leaders Face a Short Honeymoon . julio. Último acceso: 13 de noviembre de 2022. https://www.nytimes.com/2022/07/31/world/americas/latin-america-leftist-leaders.html.