- Natalia Sánchez
El pasado 22 de septiembre se llevó a cabo una manifestación encabezada por el colectivo “Feministas 4T” frente al conglomerado mexicano de medios de comunicación “TV Azteca”. El evento es particularmente relevante debido a que el grupo exigió al tercer hombre más rico de México y dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, una disculpa pública a la senadora y secretaria general de MORENA, Citlalli Hernández, por el acoso cibernético que el empresario ha ejercido en contra de su físico y género desde hace aproximadamente tres años.
Esta protesta tuvo lugar después de la emisión de un fallo a favor de Salinas Pliego por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. La resolución permite que Salinas mantenga en sus redes sociales una serie de sus publicaciones hechas por él en contra del físico de la senadora, lo que revierte las medidas cautelares que el Instituto Nacional Electoral había emitido para este asunto por considerarlos actos de violencia política contra las mujeres en razón de género.
Según el INE los elementos para considerar violencia política contra las mujeres por razón de género son que: el acto se base en elementos de género, por ejemplo, que se agreda a la persona por el simple hecho de ser mujer; se tenga por objeto anular o disminuir el goce y/o ejercicio de los derechos político-electorales de las mujeres; se dé en el marco del ejercicio de derechos político-electorales o de algún cargo público; sea de carácter simbólico, verbal, patrimonial, físico, económico, psicológico y/o sexual; sea perpetrado por cualquier persona o grupo de personas provenientes tanto del ámbito privado como del público.
En las redes sociales del empresario se pueden leer comentarios que perpetúan este tipo de violencia contra Citlali Hérnandez por el simple hecho de ser mujer que ostenta un cargo de elección popular, ejerce un discurso de odio gordofóbico en su contra por el hecho de no cumplir con los diversos estándares corporales socialmente establecidos, se ha disminuido el disfrute de sus derechos político-electorales porque no permite su participación política sin violencia, en el caso concreto, de carácter simbólico y psicológico.
Me parece ridículo que el órgano encargado de proteger los derechos político-electorales de la ciudadanía le diera la razón y no sancionara a una persona que ha ejercido violencia política de género contra la senadora Citlali habiendo cumplido todos los elementos necesarios para calificarla de esa manera.
Resulta vergonzoso, deshonrado y hasta cínico que una persona que se la pasa denostando a cualquier otra por su tono de piel, su cuerpo, su estatura, su peso, su origen y su clase social siga impune y continue esparciendo en redes discursos de odio hacia una persona más de este país que comete errores, tiene derechos humanos, valores, ideales, intereses, necesidades, deseos, sentimientos y miedos como todxs en la vida.
No hay por qué normalizar el acoso, la falta de respeto, la agresión, las expresiones de odio, la misoginia, la gordofobia, la discriminación, los estereotipos y la violencia política de género. Afortunadamente, a la senadora se le han unido diversos grupos feministas y una parte importante de la sociedad mexicana, quienes exigen en colectivo una disculpa pública y buscan demostrar que, a pesar de que Salinas Pliego sea una de las personas más ricas de México, no puede comprar lo fundamental para vivir: el respeto y la dignidad.