Paulina Bernal Rangel
El pasado 26 de abril, tuve la oportunidad de conversar con Julio Copo Terrés, quien se desempeñó como director jurídico nacional en Techo México; director de Fundación Basham, Ringe y Correa; consejero de la Fundación Barra Mexicana de 2013 a 2017; revisor de Estándares Pro bono; redactor de un manual jurídico de dudas frecuentes para damnificados por el sismo de 2017; ganador del premio Pro bono de Latin Lawyer en 2018; y quien actualmente se desempeña como consejero de varias asociaciones civiles, entre ellas Appleseed México y el Bufete Jurídico Social del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados. Platicamos acerca de la importancia de fomentar el trabajo pro bono y además de compartirme su experiencia en el tema, hablamos sobre cuestiones que inquietan al alumnado en torno a este tema y los retos que el trabajo legal pro bono implica.
En primer lugar, “pro bono” es la abreviatura de una expresión latina que significa “por el bien público” o “por el bien común”. A nivel internacional, la comunidad legal lo entiende como, el asesoramiento y/o representación jurídica gratuita que se da en beneficio de la sociedad. Asimismo, Estándares Pro Bono, proyecto que sienta las bases, motivos y consideraciones para estandarizar el concepto de trabajo legal pro bono en México, define a este tipo de trabajo como la manifestación esencial del ejercicio de responsabilidad social de la abogacía para destinar su experiencia profesional, conocimiento y tiempo, por el bien común. Por consiguiente, el trabajo legal pro bono es una herramienta que busca fortalecer el acceso a la justicia, ello en atención a personas físicas o morales que de otra forma no tendrían acceso a una representación legal.
Al hablar sobre cómo funciona el trabajo Pro bono en México, Julio me explicaba que éste se lleva a cabo a través de centros de coordinación o clearing houses, las cuales son intermediarias entre el beneficiario y la ayuda legal a la que tendrán acceso. Actualmente, podemos destacar la participación de centros de coordinación mexicanos como la Fundación Barra Mexicana, Fundación Appleseed México A.C. y el Centro Mexicano Pro Bono, A.C. Las clearing houses son el primer punto de contacto con los beneficiarios, por ello, su labor es la de identificar a las y los especialistas legales que puedan atender determinados casos pro bono y de poner en contacto a ambas partes. Asimismo, Estándares Pro Bono México se ha encargado de unificar el frente de trabajo legal pro bono en México y de plantear objetivos comunes reuniendo a distintos despachos, universidades, empresas, abogadas y abogados en un esfuerzo conjunto de fortalecer un cambio social en México.
Julio, considera de suma importancia llevar a cabo trabajo pro bono por distintas razones a las cuales me adhiero por atender a la realidad que nos aqueja. La primera es que vivimos en un país en el que solamente el 8% de los habitantes tienen acceso a la universidad, por lo cual, debemos ser conscientes de nuestro privilegio y que éste implica una enorme responsabilidad. El conocimiento nos hace responsables y tenemos que entender que vivimos en un país altamente desigual; como abogadas y abogados tenemos la fortuna de entender el andamiaje y el deber ser de las instituciones y debemos poner al servicio de las personas ese conocimiento que de otra forma no podrían acceder a él. Este país debe aspirar al Estado de Derecho, a la justicia y a la igualdad, y nosotros y nosotras somos canales para ello. Tenemos la capacidad de ser agentes de cambio, por lo que debemos ser conscientes de las distintas realidades que nos rodean, cuestionarnos las cosas y ser profesionistas socialmente responsables.
Es importante mencionar que cualquier caso puede llevarse pro bono; si bien, en los últimos años se han institucionalizado los esfuerzos para propiciar esta práctica en distintos despachos, he de mencionar que todos los prestadores y las prestadoras jurídicas, pueden hacer pro bono sin que éste sea estandarizado, ya que la actividad pro bono se puede llevar a cabo en las distintas ramas del derecho. Julio sostiene que las cuestiones más comunes dentro del pro bono suelen estar relacionadas con el derecho civil, familiar y penal; a lo cual agregaría que, en mi opinión, también hay muchas áreas de oportunidad en el derecho laboral y fiscal.
Muchos se preguntan si el trabajo pro bono trae consigo algún beneficio fiscal o una reducción de carga impositiva, a lo que el Julio responde que de manera genérica no es así, ya que la actividad pro bono no persigue esa finalidad, aunque pudiera darse el caso que una firma atendiera a una donataria autorizada la cual expidiera un recibo deducible de impuestos por el monto de los servicios prestados. Sin embargo, es difícil de materializarse ya que la cuantificación honoraria de la prestación de los servicios legales resulta ser subjetiva; por lo que Julio no recomienda prestar servicios pro bono a la expectativa de una retribución o de un incentivo fiscal.
Es preciso señalar que, la estandarización del trabajo pro bono es algo reciente y he de reconocer la labor y el compromiso que han asumido distintos despachos en implementar esta práctica. La importancia de que se siga implementando el trabajo pro bono y el paradigma que plantea Estándares Pro Bono México, es para cambiar el trabajo que vemos como excepcional para hacerlo una práctica del día a día, formalizarlo e institucionalizarlo, ya que sin lugar a dudas, es de suma importancia que se dediquen recursos y tiempo a los asuntos pro bono. Por ese motivo, Julio extiende un mensaje a los despachos que tienen incluida en su agenda de trabajo la actividad pro bono:
A modo de cierre, le pedí a Julio que dirigiera un mensaje a la juventud, a todas aquellas personas que estamos por convertirnos en abogadas y abogados, a lo que recalcó la importancia de entender que es un deber que tenemos los abogados y las abogadas ya que el cambio está en nuestra área de incidencia; asimismo es importante creer en estos proyectos y buscar formas creativas de aplicar el derecho. Por lo que, hay que buscar desarrollar premisas paradigmáticas encaminadas a la construcción de nuevas realidades.
Considero que el derecho es una herramienta para la gestión del cambio y para la propuesta hacia la construcción de realidades mucho más incluyentes y justas, de modo que debemos de asumir este compromiso e implementar prácticas que favorezcan el fortalecimiento del Estado Derecho y el acceso a la justicia.