- Daniela Caire Barranco
El pasado 01 de febrero del 2022 Amnistía Internacional publicó un informe exhaustivo de 182 páginas exponiendo la realidad y confirmando lo que se alega desde hace décadas: Israel es un Estado de Apartheid que perpetra crímenes de lesa humanidad de manera sistemática, generalizada e indiscriminada en contra de la población palestina.
Esto no debe sorprendernos, pues a diario se publican noticias en medios palestinos e israelíes, aunado a publicaciones en redes sociales donde se evidencia la perpetración continua de este crimen internacional sin recibir condena alguna. “Confiscaciones masivas de tierras y propiedades palestinas, homicidios ilegítimos, traslados forzosos, restricciones a la circulación y negación de la ciudadanía y nacionalidad a la población palestina son elementos de un sistema que, según el derecho internacional, equivale a apartheid” (Amnistía Internacional, 2022).
Lo que nos debe de sorprender, sin duda alguna, es la falta de reacción por parte del sistema internacional al fallar en emplear las medidas necesarias para condenar a Israel y exigir una cesación al sistema de apartheid impuesto sobre los palestinos.
Estados Unidos, por ejemplo, defensor mundial de los Derechos Humanos y promotor del liberalismo democrático, ¿qué ha hecho? Lamentablemente, este país es de los principales socios y aliados del Estado de Israel, quienes apoyan militarmente al régimen de apartheid. Es más, Bob Menendez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Estados Unidos después de la publicación del reporte de Amnistía Internacional respondió de la siguiente manera: “Estamos profundamente perturbados por el informe de Amnistía Internacional que califica a Israel de “Estado de apartheid”. Esta indignante acusación contradice la historia, los hechos y el sentido común. Israel sigue siendo la única democracia en una región de autócratas y violadores de los derechos humanos; una democracia que valora los derechos humanos, la libertad individual y donde la protesta, la disidencia y la sociedad civil son vibrantes” (Menendez, 2022). Indignante no es que se exponga lo evidente, sino que este país decida voltear el discurso por sus ambiciones económicas y comerciales en Medio Oriente. Es por los beneficios geoestratégicos de contar con un gran aliado en Israel que Estados Unidos ha sido profundamente inconsistente e incoherente en su nula intención de abolir este trato inhumano hacia una población indefensa.
Por otro lado, muchos países se han negado a definir las cosas como son. Alemania, Irlanda, Australia huyen de la terminología correcta al argumentar que “la focalización unilateral de las críticas en Israel no ayuda a resolver el conflicto en Oriente Medio”, o bien que “no utilizaremos el término ‘apartheid’ porque no estamos seguros de que aporte nada en este momento” y que “ningún país es perfecto” (Wadi, 2022). Me parece inconcebible que llame más la atención el hecho de que Amnistía Internacional califique a Israel como un estado de apartheid a que no se condene el actuar arbitrario e ilegal de este país, resultando en una profunda crisis humanitaria en los palestinos.
Y, aquellos países que se atreven a reconocer los crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel son categorizados como antisemitas. El gobierno israelí ha estado utilizando constantemente el término ‘antisemitismo’ de manera errada, manipulando su significado para identificar a aquellas naciones o personas que se pronuncian en contra de su actuar. Por ejemplo, Emma Watson publicó una foto en Instagram expresando su solidaridad con el pueblo palestino con una frase: “solidarity is a verb”. Automáticamente las autoridades israelíes decidieron acusar a la actriz de ser antisemita. Creo que Israel se ha olvidado del verdadero significado del término, y su uso incorrecto genera graves consecuencias para los mismos judíos y el resto del mundo que se pronuncie a favor de una comunidad evidentemente oprimida.
En conclusión, esta ausencia de acción por parte de la comunidad internacional al condenar el sistema de apartheid impuesto por Israel en contra de la población palestina está resultando en una de las peores crisis humanitarias que hemos visto en el siglo XXI, y lo peor es que todo el mundo conoce lo que está pasando, es una cuestión visibilizada a escala global, pero por su egoísmo y negligencia imperdonable han decidido dejar el destino de la comunidad palestina en manos de quienes los ven como inferiores y una amenaza demográfica. Y, el mundo no se puede dar el lujo de decidir a qué comunidades oprimidas apoyar y a quiénes no, esta elección no puede ser de manera discriminada. Sí apoyan a Ucrania pero a Palestina no. Condenan a Sudáfrica pero a Israel no. Esta postura es inhumana, inconsistente y evidencia el juego de poder detrás de las decisiones de la comunidad internacional.
Bibliografía
1. Amnistía Internacional. 2022. “El apartheid israelí contra la población palestina: cruel sistema de dominación y crimen de lesa humanidad”. Amnistía Internacional. Disponible en:https://www.amnesty.org/es/wp-content/uploads/sites/4/2022/02/MDE1551412022SPANISH.pdf
2. N/A. 2022. “Chairman Menendez condemns Amnesty International’s misguided charge of apartheid against Israel.” United States Committee on Foreign Relations. Disponible en: https://www.foreign.senate.gov/press/chair/release/chairman-menendez-condemns-amnesty-internationals-misguided-charges-of-apartheid-against-israel
3. Wadi, R. 2022. “Omitting Israel’s Colonial History Dilutes Amnesty’s Apartheid Report.” Inside Arabia: Voice of the Arab People. Disponible en: https://insidearabia.com/omitting-israels-colonial-history-dilutes-amnestys-apartheid-report/
4. N/A. 2018. “What is antisemitism.” International Holocaust Remembrance Alliance. Disponible en: https://www.holocaustremembrance.com/resources/working-definitions-charters/working-definition-antisemitism