- Andrea Patricia Martínez Orta Soberanis
- Ricardo Díaz
Resumen: Las acciones afirmativas incorporadas por el INE en el pasado proceso electoral han abierto la interrogante de si estas fortalecen a nuestra democracia o si, en su caso, resultan ser un obstáculo para los aspirantes, que por mérito fuesen “más capaces” de ocupar un lugar en la contienda. Pero ¿Qué tan cierto y aplicable es la idea de la meritocracia para menoscabar dichas acciones que solo buscan la igualdad?
En el proceso electoral 2020-2021, el Instituto Nacional Electoral (2021), incorporó varias candidaturas por acciones afirmativas cuyo fin era “garantizar los derechos políticos de grupos sociales o personas que están en situación de desigualdad o bajo discriminación estructural en México”. Tal fue el caso de las mujeres, de las personas afroamericanas, indígenas, migrantes, de la diversidad sexual y aquellas con discapacidad. Esta situación ha puesto sobre la mesa el debate de si estas medidas temporales son justas o no, ya que se dice que limitan la participación de la gente que por mérito propio pudiera ser digna de alcanzar un lugar en la contienda electoral. Pero ¿Qué tan cierto y aplicable es la idea de la meritocracia en este caso?
El sociólogo Anthony Giddens (citado en Subinas, 2019), define a la meritocracia como aquel “sistema en el que las posiciones sociales se cubren teniendo en cuenta los méritos y los logros del individuo y no en virtud de los criterios atribuidos a la riqueza heredada, el sexo o la procedencia social”. Sin embargo, como señala Subinas (20019), varios sociólogos enfatizan que el problema de la meritocracia se encuentra, al mismo tiempo, en ignorar el factor de herencia, ya sea de carácter económico, social y cultural, puesto que se pasa por alto la distribución de recursos, condiciones y de oportunidades de una sociedad, que en muchos casos resulta ser desigual.
Este año el Coneval (2021) dio a conocer que en el país el 43.9% de los mexicanos se encuentran en situación de pobreza, en contraste con el 23.5% que no se halla en pobreza y vulnerabilidad. Asimismo, el 8.5% de la población es considerada en pobreza extrema, 23.7% se encuentra en situación de vulnerabilidad por carencias sociales y un 8.9% se sitúa vulnerable por ingresos. Las tres principales carencias sociales entre los mexicanos son: el acceso a la seguridad social (52%), el acceso a los servicios de salud (28.2%) y el acceso a la alimentación nutritiva y de calidad (22.5%). A esto se le añade el factor de discriminación que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación (CNDH, 2017), se percibe que en el país se respetan poco o nada los derechos de: personas afrodescendientes en un 56%, en el caso de las mujeres el 48%, las personas indígenas el 65%, las personas con discapacidad un 58%, las personas miembrxs de la comunidad LGBTTTIQ+ en un 66% y las personas trans en un 72%. La negación de derechos y discriminación coloca a las personas en una situación de desigualdad, así como de exclusión social y política, lo cual va en contra de lo establecido en los artículos 1º y 4º de la Constitución, en donde se señala que todos los mexicanos gozarán de los mismos derechos y en donde queda prohibida toda discriminación.
Al día de hoy, México no cuenta con las condiciones mínimas de igualdad para hablar de meritocracia, y en ello radica la importancia de la aplicación de cuotas como una medida compensatoria para grupos en situación de discriminación o en desventaja que buscan la igualdad sustantiva de oportunidades. Por lo tanto, tal y como se pronunció el INE, la implementación de acciones afirmativas en los procesos electorales responde a una medida justa hacia las mujeres y a los grupos de atención prioritaria, porque reconoce la situación de desigualdad que enfrentan en el país y les proporciona una movilidad social que en circunstancias comunes no tendrían. Es importante considerar que estas cuotas siempre deberán de ir acompañadas de políticas públicas que le aporten a todas las personas las herramientas y oportunidades suficientes, para que estas puedan desempeñarse al más alto nivel como dignas representantes de nuestra ciudadanía.
Bibliografía
1. Instituto Nacional Electoral (2021). Resultados de los cómputos distritales y de las circunscripciones de la elección federal 2020-2021 obtenidos en las candidatura por acciones afirmativas y de mujeres para la integración de la Cámara de Diputadas y Diputados. Recuperado de: https://igualdad.ine.mx/wp-content/uploads/2021/07/P3_Reporte_AccionesAfirmativas_PEF_20-21.pdf
2. CNDH, CONACYT, CONAPRED, INEGI, UNAM (2017). Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017. Recuperado de: https://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/OtrosDocumentos/Doc_2018_061.pdf
3. CONEVAL (2021). Medición de la Pobreza. CONEVAL. Recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/PobrezaInicio.aspx
4. Subinas, J. (2019). Meritocracia: límites, paradojas y riesgos. Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales AIP-Panamá. Recuperado de: https://cieps.org.pa/meritocracia-limites-paradojas-y-riesgos/