- Arlette García
- Diego Calderón
La belleza es un fenómeno innegable de nuestra experiencia en esta vida y si bien su origen y mera existencia son uno de los misterios mejor resguardados del cosmos, la importancia que ejerce en nosotros es indiscutible. ¿Acaso no es terapia conmoverse por la mera presencia del azul? Cuántas vidas no ha cambiado el arte. ¿Quién puede decir que es libre del hechizo de lo bello? Y así como los colores, los sonidos y las letras son vehículos de esta, nuestros cuerpos también. Basta con entrar a un museo cualquiera para comprender la íntima conexión que tiene nuestra carne con la belleza; mas no hemos de confundir lo bello con lo bueno, pues parece ser que el precio a pagar por un cuerpo atractivo, bonito y deseable muchas veces es pagado con dracmas para cruzar el Aqueronte.
La sabiduría popular explicita lo anterior: “La belleza duele” y es que lo que nos demuestra la experiencia es precisamente esto. Radicar en un cuerpo que no se apega a los estándares de belleza provoca sufrimiento; la persecución del cuerpo ideal según los parámetros culturales, al igual, puede ser una experiencia fatal. Sin embargo, no es necesario ser todes completamente iguales, sino cumplir con ciertos requisitos indispensables para hablar de belleza. Podemos decir, en breves palabras, que el cuerpo masculino ideal se distingue por ser de tez blanca, tener una estatura mayor al promedio, presentar masa y volumen muscular suficiente como para que se vea “marcado” y tener un falo de grandes proporciones. El cuerpo femenino ideal, a su vez, se distingue por la juventud, la delgadez, la firmeza y la suavidad (Widdows, 2018), la juventud manifestada en la necesidad de cubrir la aparición de arrugas, de flacidez y otros signos de envejecimiento, ya que se señala como signo de pérdida de belleza; la suavidad de la piel sin manchas, sequedad, celulitis, vellos ni imperfecciones; la delgadez en ciertas partes del cuerpo como la cintura, los brazos y el rostro; y la firmeza de un cuerpo tonificado y trabajo demostrado en traseros y pechos firmes. Estos ideales estéticos responden al éxito social, amoroso y laboral (Martínez-Oña y Muñoz, 2015)
El no cumplir con estos requisitos, como cualquiera de nosotrxs podrá ser testigo, viene acompañado de discriminación, exclusión y violencia. Todavía retumban los insultos que en secundaria y preparatoria se lanzaban hacia los cuerpos no-hegemónicos: “naco” o “indio” para personas con tono de piel oscuro; “puto”, “débil” y “enano” para hombres de baja estatura y/o poca masa muscular; “ballena” para mujeres con mucho peso; “tabla” para mujeres muy delgadas y sin curvas; “gordibuena” para mujeres con mucho peso, pero con curvas; “jirafa” para mujeres muy altas. Ahora, si algo podemos concluir de estas consignas de odio es que la estética, los ideales de belleza, no solo no escapan a las lógicas de opresión, sino que son instrumentos de esta. Nos resulta imposible comprender de dónde vienen las expectativas de belleza corporal si no abordamos la cuestión desde una óptica de poder.
En las descripciones que hemos dado de las características del cuerpo ideal, hay elementos cuya relación con el poder se nos muestran de manera evidente. Sabemos, por ejemplo, que la razón por la cual la tez blanca es la expectativa estética es por la colonización que llevó a cabo Europa alrededor del mundo; sin embargo, hay otras características, tal y cómo es la característica de la masa muscular en los cuerpos masculinos y femeninos, cuya relación con el poder no se nos presenta tan claramente. ¿Por qué la musculatura es bella en cuerpos masculinos, pero reprochada en cuerpos femeninos? ¿Por qué la delicadeza es celebrada en cuerpos femeninos, pero atacada en cuerpos masculinos? Para hallar la razón detrás de esto, vale la pena observar casos en donde la persecución de la belleza llega a extremos, pues es en la manifestación irrestricta de los fenómenos en donde se nos presenta de manera más clara.
En primer lugar, con el fin de no dejar duda alguna, entendemos lo extremo como aquellos comportamientos en los cuales los sujetos muestran poco control de sí mismos y que cuyos actos puedan llegar a perjudicar su salud física y mental. Existen investigaciones que tratan sobre el ideal inalcanzable de belleza y la salud donde se pone de manifiesto cómo las imágenes publicitarias femeninas influyen en la autopercepción del cuerpo femenino (Martínez-Oña y Muñoz, 2015). Teniendo como consecuencias ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria como anorexia nerviosa o bulimia, baja autoestima y desvalorización de otras características que no sean las físicas. Estos, a su vez, generan complicaciones como fatiga, debilidad física, y anemia, por nombrar algunos.
En el caso masculino, la idealidad de la belleza también se manifiesta en trastornos de la conducta alimentaria y dismorfia corporal; sin embargo: “Estudios tempranos sobre la insatisfacción con la imagen corporal en los hombres revelaron que muchos hombres quieren un cuerpo más grande o, por lo menos, manifiestan el deseo de aumentar de peso. Esto contrasta notablemente con el impulso por la delgadez que sirve como base de los criterios de diagnóstico.” (Brown, Lavender y Murray, 2017) La dismorfia corporal y los TCAs enfocados en el aumento de muscular se le conoce como el “Complejo de Adonis” (Hull, 2020). Asimismo, se especula que la prevalencia de dicho complejo en la población masculina es igual que la prevalencia de los TCAs y la dismorfia corporal en la población femenina; no obstante, el sesgo de que la insatisfacción con el propio cuerpo se refiere únicamente al deseo de adelgazar, ha hecho que no se le de la atención suficiente al complejo de Adonis. Las complicaciones que pueden emerger de este complejo son: conductas dietéticas rígidas, rutinas de ejercicio de intensidad y duración extrema, abuso de drogas que incrementan la masa muscular y el rendimiento físico, tal y como son los esteroides. (Brown, Lavender y Murray, 2017)
Tomando, pues, las complicaciones ya señaladas como muestra de las consecuencias de la persecución de la belleza del cuerpo, se nos revelan dos elementos vitales: la idealidad del cuerpo femenino produce y procura cuerpos débiles, mientras que la del cuerpo masculino produce y procura cuerpos fuertes. Si la belleza tiene su origen en las dinámicas de poder, cómo bien habíamos afirmado anteriormente, entonces la razón de estas características estéticas se nos muestra claramente: producen cuerpos esclavos y cuerpos verdugos. Es más sencillo ser doblegada, violada y asesinada si no tienes fuerza con la cual defenderte; y es mucho más fácil doblegar, violar y asesinar si tienes fuerza y tu víctima no. En pocas palabras, la coerción física se enmascara en la pureza, nobleza y anhelo de lo bello.
Frente a la ardua situación a la que nos encontramos, no nos es lícito quedarnos cruzadxs de brazos y tolerar el infierno que se desenvuelve ante nuestrxs ojos. Nuestros cuerpos han dejado de ser nuestros para ser tomados como objetos de uso en tanto sirva como vehículo modificable para dominar o ser dominado. Es nuestra responsabilidad resistir y combatir toda opresión para apropiarnos de nosotres mismes. Tomemos y cultivemos el amor a nuestros cuerpos y a los cuerpos ajenos: grandes, pequeños, longevos, fuertes, delgados, o gordos. Y que se sepa que, en nombre de lo bello, nunca más sucumbiremos ante él.
Referencias
1. Brown, T., Lavender, J. y Murray, S. (junio de 2017). Men, Muscles and Eating Disorders: an Overview of Traditional Muscularity- Oriented Disordered Eating. Curr Psychiatry Rep, 19(6). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5731454/
2. Martínez-Oña, M., y Muñoz, A., N.(2015). Iconografía, estereotipos y manipulación fotográfica de belleza femenina. Estudios sobre el Mensaje Periodístico, 21(1). 369-384.
3. Hull, M. (29 de diciembre de 2020). Muscle Dysmorphia. The Recovery Village.
Widdows, H. (2018). Perfect Me. Beauty as an Ethical Ideal. Ed. Princeton University Press.
United States of America
4. Relmartist. [@realmartist]. (28 de Agosto de 2021). Abandoned drawing ✏️ [Foto]. Instagram. https://www.instagram.com/p/CTH8jmrrM34/?utm_source=ig_web_button_share_sheet