- Sofía García
“Me atrevería a aventurar que Anónimo, que tantos
poemas escribió sin firmarlos, era a menudo una mujer.”
Virginia Woolf
La historia estudia y expone los acontecimientos y hechos que constituyen al desarrollo de la humanidad. Es la forma en la que el ser humano expresa su linaje y patrimonio. Sin embargo, la historia, como la conocemos, se centra en valores masculinos y pone al hombre como sujeto histórico de estudio, invisibilizando a la mujer y dejando fuera su propia historia.
La historia es “una disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente” (Oxford, 2022). Es nuestro linaje y forma parte de nuestra experiencia como especie, pues nos enseña todo lo que hemos tenido que vivir para llegar hasta nuestro momento actual. Aunque es el patrimonio de la humanidad, en el que se narra su recorrido por el mundo y el tiempo, es injusta y está incompleta. Te has preguntado, ¿por qué casi no hay mujeres en la historia?
Es innegable que, desde que se tiene recuerdo del ser humano, la mujer siempre ha estado presente; no obstante, miles han sido invisibilizadas a lo largo del tiempo. Mujeres no reconocidas en sus disciplinas, autoras no publicadas, mujeres que dieron su vida en vano, entre otras miles que han sido olvidadas en los relatos históricos. La causa exacta no la sabemos, pero podemos intuir una serie de factores que llevan a este acontecimiento.
Tomemos el caso de Rosalind Franklin, quien a pesar de haber tenido un papel fundamental en el descubrimiento del ADN, nunca obtuvo reconocimiento, mientras que sus colegas, Watson y Crick, recibieron el Premio Nobel en 1962 (BBC Mundo, 2018). Veamos también el ejemplo de Valentina Tereskhova, primera mujer en realizar una expedición al espacio. Podemos tomar también el caso de Hannah Arendt, Lise Meitner o Emmy Noether, de cuyas aportaciones quizá no sepas nada, pues nunca te lo han contado.
Parece ser que también se vive un patriarcado en la historia, pues “los relatos de los triunfadores” están sujetos al dominio del hombre y a la exclusión e invisibilización de la mujer. No hay que irnos tan lejos, Winston Churchill, Miguel Hidalgo, Albert Einstein, Mahatma Gandhi, Neil Armstrong, por mencionar algunos. Pero, ¿de dónde proviene esta exclusión?
La exclusión de la mujer tiene sus inicios en la democracia griega del siglo V a.C, en donde las mujeres eran marginadas de los espacios públicos y eran consideradas patrimonio privado de los hombres , dando inicios así a la sociedad esclavista (Nieves Loja, 2021). Al presentarse una organización social así, la mujer tomó un papel de víctima del sexo opuesto, en el que ocupó y ocupa un lugar, que ha sido y sigue siendo considerada como un ser inferior, de segunda categoría, con escasas capacidades para lograr el desarrollo social y personal, menos para hacer y fomentar expresiones humanas como la filosofía, ciencia, derecho, etc (Rojas et al., 2017).
Debido a esta organización de subordinación, según Rojas et al. (2017), se dan cuatro razones fundamentales de la exclusión social, política y económica de la mujer: 1) la propiedad privada, en la que la mujer es excluida y explotada socialmente debido a la vigencia de dicha propiedad, 2) el ejercicio de la violencia política y doméstica sobre la mujer, en el que se violenta a la mujer con el fin de mantener o defender la propiedad sobre ella, 3) la despolitización y desideologización femenina, en la que se priva al sector femenino de una educación o cultura de calidad, y 4) las instituciones de desideologización en torno al rol y función social de la mujer, en donde la familia actúa difundiendo prejuicios y limitaciones (de manera consciente o inconsciente) que limitan la actividad productiva creativa e innovadora de la mujer, así como la iglesia que desliza ideas anti-históricas y desfasadas y transmite valores patriarcales.
Ahora bien, estos fenómenos de exclusión afectan la manera en la que la historia es contada, ya que la presencia y posibilidad de la mujer de contribuir al quehacer histórico se convierte en algo nulo e intrascendente. La historiografía es lo que se narra de la historia, por lo que puede suceder que ciertos acontecimientos pudieron no ser considerados importantes, por lo que, en consecuencia, no aparecen registrados. Es así como lxs actorxs excluidos del poder y de lo público, no son historiados y son invisibilizados por la historia oficial (Ramirez, 2016).
La historia que conocemos cuenta con una historiografía masculina, en la que el centro son los valores masculinos y el sujeto de historia es el hombre, por lo que solo se han tomado en cuenta ciertos acontecimientos, procesos y movimientos como dignos de de un análisis histórico de manera exclusiva, volviendo así irrelevantes a las mujeres (García Peña, 2016).
Según Ramírez (2016), la historiografía masculina: 1) pone en privilegio a la historia pública y económica, espacios dominados mayormente por hombres y en los que la mujer ha sido excluida, 2) presenta casi nula atención a la población femenina, en la que solo se tiene la costumbre de hablar de ellas solo cuando se admite la presencia de “heroínas”, y 3) tiene una reconstrucción del pasado desde una “óptica criolla” hegemónica, en la que se invisibiliza la participación e interpretación de otros grupos sin poder.
En cambio, la historiografía feminista busca darle una nueva visión y un cambio de paradigma a la historia, en el que se incorpora a las mujeres como un grupo sociocultural y se reconozca el papel de la mujeres como agentes y actoras activas en la construcción de las sociedades existentes, dejando a un lado su invisibilidad. Además, busca unir la historia de una mitad con la otra, y a estas con la historia en general, poniendo en evidencia las limitaciones epistémicas de los paradigmas universalizantes para la interpretación del pasado (Ramírez, 2016).
La incorporación de las mujeres en la historia da un nuevo paradigma, pues se visibiliza un nuevo sujeto histórico. Esto permite que se muestren nuevas verdades y realidades que por mucho tiempo fueron ocultadas, pero que son igual de significativas que los relatos históricos que conocemos. Sin embargo, es importante recalcar que no solo se deben rescatar las historias de las mujeres blancas con privilegio, sino que también se deben de tomar en cuenta otros grupos como las mujeres negras, mujeres indígenas, mujeres pertenecientes a la comunidad LGBTQ+, etc.
La historia tiene una tarea pendiente y sumamente importante: la recuperación y la reconstrucción de la presencia de las mujeres en distintos ámbitos. Esto nos permitirá descubrir y reconstruir la historia que conocemos con nuevas perspectivas, con las otras historias que han sido olvidadas e invisibilizadas.
La inclusión de las mujeres en la historia hará que nos cuestionemos realmente quienes han sido lxs protagonistxs de la historia, fomentando así la formación de un espacio en el que se evidencie el rol que han tenido las mujeres que han sido silenciadas por una historia que solo ha dado protagonismo a los hombres. Es un ejercicio de pensamiento crítico, visión de los hechos y aceptación de nuevas realidades. Pues, al final del camino, la historia es aquello que constituye el desarrollo de la humanidad, un desarrollo que no podría ser ni existir sin las mujeres.
Bibliografía
1. BBC Mundo (2018). Rosalind Franklin, la olvidada científica detrás del descubrimiento de la estructura del ADN, uno de los más importantes para la medicina moderna. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-44225714
2. García-Peña, A. L. (2016). De la historia de las mujeres a la historia del género. Contribuciones desde Coatepec, (31).
3. Nieves-Loja, G. M. (2021). Introducción a la temática de la exclusión de la mujer en el espacio público. Una relación entre algunos pensadores europeos Y el mundo indígena de ecuador. eidos, (36), 111-140.
4. Oxford (2022). Historia. Spanish Oxford living Dictionaries. https://es.oxforddictionaries.com
5. Ramírez, C. T. G. (2016). Mujeres e historia. Cuestionando la invisibilidad y tornándonos visibles. Procesos Históricos, (29), 36-44.
6. Rojas, N. M., Sánchez, A. V., Castañeda, L. A. B., Poma, L. A. C., & Escobar, N. C. (2017). Exclusión social, económica y política de la mujer desde la perspectiva histórica. Estudio de caso en la región Junín. Horizonte de la Ciencia, 7(12), 73-85