- Emilio Cruz López
- Andrea Guerrero Chiprout
El 28 de agosto de 2021, cientos de personas provenientes de Nicaragua, Venezuela, El Salvador, Guatemala y Haití, se sumaron a una caravana migrante que partió desde Tapachula, Chiapas; de acuerdo con el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano (Pradilla, 2021). Imágenes y videos de personas migrantes reprimidas se han vuelto virales desde entonces.
Las personas migrantes que arriban a nuestro país son en su mayoría migrantes forzadas, es decir, que emigran a otros países debido a amenazas externas fuera de su control, o como resultado de las violaciones a derechos humanos que sufren en sus países de origen, razón por la cual su única opción es huir de sus tierras. Las personas migrantes forzadas tienen poca o ninguna capacidad de elección frente a las condiciones de pobreza, inestabilidad política y social, conflictos armados, violencia y frente a los desastres ambientales que sufren en sus países (Mino García, 2020)
Las personas migrantes forzadas suelen viajar en caravanas, ya que este es un modo de migrar colectivo más seguro (Mino García, 2020). Al viajar en caravana, las personas son más visibles, con lo cual se facilita el tránsito y, en teoría, se disminuye la posibilidad de que sean víctimas de grupos del crimen organizado y de violaciones a sus derechos humanos. No obstante, México es la excepción y viola sistemáticamente los derechos humanos de las personas migrantes.
Cabe destacar que México es un país de origen, tránsito y destino; en las últimas décadas se ha caracterizado por el retorno de personas migrantes. Las caravanas de las naciones centroamericanas usualmente tienen como objetivo buscar una nueva vida en los Estados Unidos o incluso en el mismo México.
Si bien en las décadas de los sesenta y setenta, personas centroamericanas emigraron debido a la exclusión socioeconómica y al conflicto político latente en algunos países de la región, hoy día los principales factores son la falta de oportunidades de trabajo y el riesgo causado por la violencia y el crimen.
En Latinoamérica y el Caribe los desastres naturales, la inestabilidad política, la inseguridad y la violencia de las últimas décadas han truncado los futuros de miles de familias, viéndose así en la necesidad de abandonar su hogar y migrar.
El despojo económico a causa de la pandemia de COVID-19 y el alza de precios derivado de la inflación, han perjudicado el empleo así como el acceso a la educación básica en los países centroamericanos. De igual forma, el impacto de los huracanes, las tormentas tropicales, el incremento del nivel del mar, los terremotos y las sequías se han convertido en una causa más de la movilidad de personas que, en una embestida de la naturaleza, pierden su patrimonio y sustento de vida. Tal es el caso de Haití, que en las últimas semanas se vio afectado por un terremoto de 7.2 grados el cual causó una crisis humanitaria masiva (Creative, 2020, 2)
Todo lo anterior es corroborado por la ONG Creative (2020), la cual expuso en un estudio reciente que las cifras más altas de migración hacia el exterior desde Honduras, El Salvador y Guatemala se deben a tres factores principales: economía, victimización y lazos transnacionales.
La economía siempre ha sido un factor determinante. En el estudio de Creative, más del 60% de las personas mencionaron que la preocupación por la situación económica de su país de origen es la motivación principal para emigrar. Los movimientos del Triángulo del Norte ocurren en el contexto de una economía regional vulnerable, donde el trabajo es informal con protecciones nulas. Por ello, los lazos transnacionales, la recepción de remesas y la migración a los EE. UU., Canadá o México también son factores importantes en la ecuación de la migración. (Creative, 2020, 4)
La victimización en Centroamérica igualmente es un factor relevante de expulsión. Haber sido víctima de un delito, tener un familiar o alguien cercano que lo haya sido, hace que un individuo sea 1.5 veces más propenso a considerar migrar. La violencia en la región se ve agravada por el crimen organizado y el tráfico de drogas, creando un clima de inseguridad que aumenta los flujos migratorios mixtos intra y extrarregionales. (Creative, 2020, 6)
Por último, el factor que puede ser clave al decidir partir es la esperanza de tener una vida mejor a la que llevan en sus países de origen. Para algunas comunidades las recompensas de esta decisión pueden notarse a largo plazo, permitiendo que las próximas generaciones tengan acceso a una mejor educación, servicios de salud y estándares de vida; al mismo tiempo que apoyan a los miembros de su familia y las comunidades en sus países de origen. (Creative, 2020, 8)
En este sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió la Recomendación 04/19 de Principios Interamericanos sobre los Derechos de todas las Personas Migrantes, Refugiadas, Apátridas y las Víctimas de la Trata de Personas, por medio de la cual estableció, entre otros principios, que los derechos fundamentales de las personas migrantes son el derecho a la vida, a la dignidad humana, a recibir la interpretación más favorable para garantizar sus derechos, a la personalidad jurídica, a no ser devuelta a un país en donde la persona pueda sufrir de un daño irreparable, a la presunción de inocencia y a recibir un trato con perspectiva de género y enfoque diferenciado.
A su vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció que “[L]os objetivos de las políticas migratorias deben tener presente el respeto por los derechos humanos. Además, dichas políticas migratorias deben ejecutarse con el respeto y la garantía de los derechos humanos”. También dispuso que los Estados tienen la obligación de respetar los derechos de igualdad y no discriminación, integridad y libertad personal, no arbitrariedad en la privación de libertad de personas migrantes, debido proceso y acceso a la justicia (2020, p.8).
Por estas razones, es indispensable que las soluciones para la migración irregular se adapten a las necesidades de cada región y se apoyen desde las perspectivas de las personas migrantes. No existe un enfoque único para todos, pero las propuestas para la migración deben ser diferenciadas y sostenibles, al mismo tiempo que deben proteger a las personas migrantes tanto antes como durante sus viajes.
Bibliografía
1. Pradilla, A. (agosto de 2021). INM y Guardia Nacional intentan bloquear migrantes en Chiapas: ¿cómo surge esta nueva caravana?. Animal Político. https://www.animalpolitico.com/2021/08/caravana-migrantes-chiapas-bloqueo-guardia-nacional-inm/
2. Mino García, S. (2020). Contexto de la migración forzada en México. [Diapositiva de Power Point]. Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana.
3. Creative. (2020, 13 septiembre). Saliendo adelante, why migrants risk it all. Creative. http://www.creativeassociatesinternational.com/wp-content/uploads/2019/09/Migration-Study-Brief.pdf
4. Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Resolución 04/19. Principios Interamericanos sobre los Derechos Humanos de Todas las Personas Migrantes, Refugiadas. Apátridas y las Víctimas de la Trata de Personas. 7 de diciembre de 2019. https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Principios%20DDHH%20migrantes%20-%20ES.pdf
5. Corte Interamericana de Derechos Humanos (2020). Cuadernillo de Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos N°2: Personas en Situación de Migración o Refugio. Corte Interamericana de Derechos Humanos y Cooperación Alemana (GIZ). https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Principios%20DDHH%20migrantes%20-%20ES.pdf