Ignacio Larracilla
No hay buenos ni malos en la política. Y menos en la política internacional.
Es muy fácil, viviendo en un mundo extremadamente globalizado, tomar posturas en torno a un conflicto de una manera poco informada y sesgada. ¿Cuántas veces hemos escuchado que ganaron “los buenos” y perdieron “los malos” históricamente? Los Aliados y el Eje, las liberales y los conservadores, el pueblo contra el gobierno.
Es fácil tomar la postura más presentada en los medios y hacerla nuestra, pero esto limita nuestro entendimiento de cualquier conflicto. No podemos dejarnos llevar por lo “más sencillo” cuando en todo conflicto hay más de una perspectiva.
Para ejemplificar esto tomaré el ejemplo de la crisis actual de Ucrania e intentaré hacer que lo miren, por primera vez a lo mejor, desde una nueva perspectiva.
Sé que esto puede sonar como algo extremadamente complicado porque, al final del día, Rusia quiere invadir Ucrania y Estados Unidos es el defensor de la democracia a nivel mundial. Pero, si me permiten, imaginemos que no tenemos postura y que Rusia no es ni el “bueno”, ni el “malo”.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico del Norte) es la alianza militar intergubernamental más grande del mundo. Forman parte de ella 30 países y no hay duda de que sus miembros tienen una fuerza económica y militar que no se puede alcanzar en todo el mundo. Esta alianza cada vez busca expandirse más y, en los últimos años ha integrado a miembros que tienen frontera con Rusia.
¿Tú qué harías si la OTAN, que históricamente ha tenido una rivalidad contigo, se fuera acercando cada vez más a tu país?
Tú tendrías que dejar claro que no pueden aprovecharse de ti, más cuando se había acordado que la organización no se iba a expandir más. Rusia quiere dejar claro que los países occidentales no controlan el mundo, que sus acciones tienen consecuencias y, lamentablemente, a través de la fuerza es la manera más fácil de hacerse escuchar.
La guerra en ningún contexto tiene justificación, pero analizar solo una postura en cualquier conflicto te sega a un punto de vista que es igual de importante. Rusia es el “malo” al amenazar a Ucrania, pero la OTAN podría ser la “mala” al no cumplir lo acordado y, de alguna manera, también por amenazar a Rusia.
No hay ni blancos ni negros en los conflictos y solo a través del entendimiento y del diálogo podemos esperar encontrar soluciones pacíficas a los conflictos. Está en nosotrxs dar el primer paso.