- Paulina Rincón Cruz
La eterna batalla entre feministas- las terfs vs. las transincluyentes. Las antiderechos vs. las personas medianamente decentes…
En el marco del 8M y preguntándome si ir a una marcha que estará llena de discursos de odio en contra de las personas trans, escribo una reflexión bien cargada de juicios morales sobre la transfobia y las terfs (feministas radicales transexcluyentes).
Hace dos años tuve la desafortunada idea de entrar a un círculo de lectura de feminismo radical guiado por una de las figuras transexcluyentes más prominentes de México (cosa que en su momento no sabía) para entender las posturas del feminismo radical y cuestionarlas desde una perspectiva más objetiva. Leímos un libro llamado “La herejía lesbiana” escrito por Sheila Jeffreys, una feminista radical inglesa bastante importante de su movimiento. El libro aborda la lesbiandad política (jaja), pero en sus fondos y sus formas trata también sobre lo que significa ser mujer y lo que hace opresores a los hombres.
Después de muchas discusiones y cuestionamientos, salí de ese grupo enojadísima. Ellas sostienen que el ser mujer está determinado únicamente por tener vulva y que el tener pene te convierte en opresor. En resumidas cuentas, el feminismo radical y sus principios están basados en esas dos afirmaciones. Lo primero que pienso cuando proceso esto es que si por nuestros genitales se determinan nuestras condiciones de oprimidas y de opresor, entonces no hay esperanza de cambiar absolutamente nada. ¿Para qué hacemos marchas, denunciamos injusticias, violencia y buscamos una vida sin miedo? Al final, si existe alguien con pene va a ser malo y quien nazca con vulva será oprimida hasta el fin de los tiempos y no hay más.
A mí esta respuesta me deja más que inconforme y me lleva a preguntar, ¿qué es ser mujer? Para mí, ser mujer es una condición social y de ser así, las razones para considerar genitales más allá de demandas por la justicia menstrual, obstétrica, salud sexual y denuncias de violencia sexual en algunos casos no son muchas. Y aunque este no es un artículo que busca definir lo que es una mujer, porque no creo que haya solo una manera de hacerlo, definitivamente me parece importante ahondar en lo que las feministas (blancas) definen como mujer. Algunas lo hacen con la vulva, pero otras lo hacen también en función del color de piel y estatus socioeconómico. No olvidemos que el movimiento sufragista era solo por y para mujeres blancas y ricas.
Ahora, el borrado de mujeres (jajaja). Las terfs escudan sus posturas diciendo que las mujeres trans “borran a las mujeres reales”. ¿Será que las feministas radicales, siendo un movimiento mayormente blanco, piensan que la mujeres son blancas, adineradas y cualquiera que no encaje las borra porque amplía la definición de mujer? ¿O será que simplemente su capacidad de análisis es nula? Tal vez un poco de ambas. Lo que me queda claro es que ser una persona transexcluyente realmente no aporta absolutamente nada al feminismo. Excluir a las mujeres trans del feminismo no es solo inútil, sino mezquino. Un feminismo que no sea para absolutamente TODAS las mujeres, sobre todo grupos históricamente violentados como lo son las personas trans, es un feminismo que yo no quiero practicar.
En un mar de crímenes de odio, sobre todo en México: el segundo país con más transfeminicidios en Latinoamérica (Brooks, 2022), los discursos en contra de las personas trans sí son discursos de odio. Negar la existencia de seres humanos que merecen respeto, es odio. Diseminar sus discursos de odio disfrazados como libertad de expresión es deplorable. Violentar a personas trans en nombre del feminismo es bajísimo. Aunque a muchas no les guste escucharlo, una mujer trans probablemente enfrentará más opresiones y violencias que una cis, sobre todo si no es blanca. El feminismo deberá darles cobijo o mínimo respeto, no ser una excusa para sacar todo el odio que tienen en sus corazones. Aunque una mujer trans no necesariamente querrá ser feminista, merece respeto a su identidad y derecho de autodeterminación por ser un ser humano. La violencia que las terfs reproducen en contra de la comunidad trans desde su perspectiva racista y esencialista es inaceptable.
UNA MUJER TRANS ES UNA MUJER.
Nota: A todas las personas que se identifiquen que se consideren parte del movimiento feminista debemos leer a autoras que no solo sean blancas y europeas. Pongamos atención también a movimientos como el antirracismo y ampliemos nuestros paradigmas.
Les recomiendo el podcast Afrochingonas, tienen un episodio sobre este tema llamado “trans-ancestralidad” que toca también temas como el colonialismo y racismo. Escuchemos voces diversas para cuestionar nuestra acciones desde saberes no hegemónicos.
Recordemos que el ser mujeres no nos exenta de reproducir violencia y opresiones.
Bibliografía
Brooks, Darío. (2022, 31 marzo). “Me mandaban coronas florales de muerto”: ser trans en México, el segundo país del mundo con más agresiones al colectivo. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-60935106
Romero, Carolina. (2018, 17 octubre). Violence against Mexico’s transgender community goes unpunished. Periódico El Universal. https://www.eluniversal.com.mx/english/violence-against-mexicos-transgender-community-goes-totally-unpunished
Podcast: Afrochingonas. Trans-ancestralidad.