Melissa Hernández Méndez
¿Han visto esta imagen de un hombre alto y blanco en la marcha del 8M con un cartel que dice: “NI SUMISA NI DEVOTA, TE QUIERO LIBRE, LINDA Y LOCA”? Qué irónico fue que un conocido me la mandara con el mensaje “¿Esto está bien para ser un aliado? ¿También es un error que los hombres hagamos esto?” No supe qué contestar aunque sabía la respuesta, porque todo en esta imagen está mal: él está en un espacio en el que las mujeres nos abrimos para exigir lo que nos arrebatan día con día, en su cartel hace referencias al aspecto de las mujeres como si fuéramos un objeto que debe verse así “lindo” y ¿por qué el man blanco alto nos querría libres?
No, nosotras no tenemos ningún deber, responsabilidad o necesidad de explicarle a ningún hombre qué es el feminismo, cómo deconstruirse o cómo ser una persona decente. Sin embargo, aquí estoy, escribiendo para cualquier persona dispuesta a entender por qué es urgente y necesaria la autocrítica masculina. Cabe mencionar que incluso entre feministas no existe un consenso sobre el papel que le corresponde a los hombres dentro del feminismo. Por lo anterior, buscaré ser contundente con lo básico para que concienticen su privilegio. Hombres, dejen de explicarnos cosas, callen y escuchen, dejen de decir “a los hombres también nos matan”, “ni feminismo, ni machismo, igualitarismo”; y, sobre todo, cuestionen.
Primero lo primero, feminismo. En el diccionario patriarcal que muchas conocemos, está torpemente definido como: Doctrina social que concede a la mujer igual capacidad a los mismos derechos que a los hombres (Real Academia Española, 2017). Esta definición no sólo va en contra de lo que el feminismo lucha, sino que considera que la lucha busca mejorar o elevar a la mujer a la categoría del hombre como ser modélico y suprimir o disimular cualquier imagen de la mujer que la presente como ser activo. Sin embargo, el feminismo es un movimiento social y político que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de la que hemos sido objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas del modelo de producción (Diccionario ideológico p. 121- 132). El feminismo mueve esta conciencia académica a la acción para la liberación de la diversidad de mujeres hacia las transformaciones que la sociedad requiera, es un movimiento por y para nosotras.
Uno de los primeros y más significativos debates del movimiento de liberación de las mujeres fue qué lugar ocuparían los hombres en las organizaciones. El feminismo como concepto nos arropa a todas la diversidad de mujeres en este movimiento emancipatorio, liberador y erradicador del patriarcado. Cabe mencionar que el patriarcado es una toma de poder histórica por parte de los hombres sobre las mujeres cuyo agente ocasional fue de orden biológico, si bien elevado éste a la categoría política y económica (Diccionario ideológico. p. 237- 239). Dicha toma de poder pasa forzosamente por el sometimiento de las mujeres a la maternidad, la represión de la sexualidad femenina y la apropiación de la fuerza de trabajo total del grupo dominado, del cual su primer pero no único producto son los hijos. La idea de “Lo personal es político” ganó empuje entre las feministas, y el escrutinio de las propias historias de vida fue visto como posibilitador y potencialmente liberador para cada una de nosotras (Amóros, p. 20-21).
Teniendo en cuenta lo antes mencionado, a lo que vamos ¿los hombres pueden ser feministas? La pregunta podría contestarse sola, desde la definición de conceptos. A pesar de esto, muchos manes creen que podrían tener espacio en el feminismo porque están a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, “respetan” a sus allegadas y cumplen con esa check-list de un hombre decente. Y está bien si les acomoda creer que un hombre puede ser feminista (que no), pero siempre hay que analizar más allá de lo que conocemos y damos por hecho en cada una de nuestras realidades.
Como hombre que tiene muchas ganas de autonombrarse feminista, deconstruido o aliade, créeme te falta mucho por cuestionar, nos falta a todxs cuestionar. Si tú, hombre, no te has debatido tus privilegios dados por la forma en la que te defines a ti mismo, ya tienes por donde empezar. Es decir, no importa nada de la famosa check- list para ser un hombre decente si no cuestionas las actitudes de tus congéneres, si no analizas diariamente tus masculinidades, si solapas las violencias que cometen tus “compas”, si eres indiferente a las exigencias de la lucha feminista; aún peor si te sentaste en tu postura de ser aliade y crees estar lo suficientemente deconstruido como para no continuar cuestionando. Créanme cuando les digo que ninguna persona está completamente deconstruida, el patriarcado lo podemos ver hasta en la sopa que nos comemos todos los días.
Una vez más, ¿los hombres pueden ser feministas? No, no pueden ser feministas. Jamás han experimentado la opresión de género que, como feministas, estamos evidenciando. Escriben en la guía de “De Machos a Hombres” que ser aliados de la igualdad significa replantearnos cada día cómo estamos usando nuestros privilegios. Exacto, aliados de la IGUALDAD. El feminismo es una lucha en contra de las cadenas estructurales que cada vez pesan más, muchas feministas no buscamos la igualdad, buscamos la emancipación de la diversidad de mujeres de lo que históricamente nos hace ver como menos. Incluso hay feministas que no buscan la igualdad entre hombres y mujeres.
Históricamente, son contados con los dedos de una mano los hombres que han hecho o logrado avances dentro de la lucha feminista; no es que no se les permita o brinde algún espacio de apoyo, es porque no son requeridos en los lugares que hemos convertido en espacios seguros. Los hombres han descubierto espacios en la deconstrucción propia, donde la masculinidad parece ser la más persistente herencia, quizá porque es en gran medida definida por su desviado anverso, la feminidad (Amuchástegui, A., y Szasz, I. Pp. 16). Aquí, los grupos de “toma de conciencia”, de “deconstruidos”, de “aliades” se han convertido en cruciales como lugar donde hombres individuales pueden intentar un grado mayor de honestidad sobre sus experiencias personales y sus ambivalencias frente al empuje de la masculinidad (Modern feminist thought, p.4).
Finalmente, si fuera machista… Si fueras feminista, si fueras; si somos. Las mujeres no pedimos “apoyo” de los hombres, no les pedimos que nos acompañen a marchas que son espacios seguros para otras mujeres, no necesitamos su permiso, menos su aprobación. Las mujeres solo buscamos que no perpetúen lo que ya nos oprime y que aparte de ser seres humanos decentes, respeten. Crudo, pero real, pedimos que no nos maten. Tu hombre ¿te sientes feminista? Te invito a pensarlo una vez más después de leer este escrito. No es un mujeres vs hombres; es un mujeres vs el sistema patriarcal que nos recuerda todos los días las opresiones, sesgos, etc que vivimos por ser mujeres. De nada nos sirve que tú lleves un cartel, que dice “NI SUMISA NI DEVOTA, TE QUIERO LIBRE, LINDA Y LOCA” si no te has cuestionado por qué nadie te cuestiona a ti si te depilas o no, si hablas de temas que no dominas o incluso si no has sentido el acoso diario.
Bibliografía
1. Amorós, Celia. Teoría Feminista: De La ilustración a La globalización: De Los Debates Sobre El género Al Multiculturalismo. 1st ed. Vol. 1. Madrid: Minerva Ediciones, 2005.
2. Amuchástegui Ana, and Ivonne Szasz Pianta. Sucede Que Me Canso De Ser Hombre… Relatos y Reflexiones Sobre Hombres y Masculinidades En México. México, D.F.: El Colegio de México, 2007.
3. Conway, Jill K., Bourque, Susan C., Scott, Joan W.. 1996. “El concepto de género.” In El género: La construcción Cultural De La Diferencia Sexual, compiled by Marta Lamas, 21–33. México: Miguel Ángel Porrúa.
4. Imelda Whelehan (1995) “Modern feminist thought: From the second wave to “Postfeminism””.Edimburgh University Press. 1995.
5. Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Anti Hegemónicas. 2020. “Guía Básica Del Buen Aliado”. Demachosahombres.com. https://demachosahombres.com/buenaliado.
6. Suzack, C., Huhndorf, S. M., Perreault, J., y Barman, J. (2010) “Theorizing the Issues”. En Suzack, C. et al (coord.) Indigenous Women and Feminism Politics, Activism, Culture. (1ª Ed). Canadá: UBC Press pp. 1–18.