- Sofía Flores Bandoni
Sinopsis: En la década del cuarenta muchos europeos llegaron a América exiliados o huyendo del fascismo. Dentro de este grupo arribaron artistas surrealistas, incluido el padre de este movimiento artístico, André Breton, quien llegó a México y se enamoró de su cultura, diversidad, historia, arte y folklore, al punto de proclamarlo “el país surrealista por excelencia”. Así, muchxs intelectuales se encantaron con este país y lo volvieron su nuevo hogar. Con ellos, llegó el surrealismo a México, el cual inspiró a numerosxs artistas nacionales, quienes empezaron a formar parte de este grupo. Dicho encuentro de mundos sobre un mismo estilo artístico causó diversos conflictos.
Imaginemos un reloj derritiéndose, o dos personas dándose un beso con sus caras envueltas en una tela blanca, o una lechuza con características antropomorfas que pinta inspirada por un violín colgado en su pecho, o una figura fantasmagórica sosteniendo una rosa negra. Estas son algunas ideas que lxs pintorxs surrealistas representaron en sus obras. Las imágenes del movimiento surrealista son todo menos representaciones lógicas o racionales, pues a los artistas no les interesaba representar cosas naturalistas; sino lo ilógico, lo fantástico, la expresión del pensamiento, la imaginación y los sueños.
Este movimiento sustenta su teoría en el Manifiesto surrealista de André Breton, padre de este estilo artístico. En este documento se habla del movimiento no solo enfocado en las artes, sino como una contraposición al contexto donde los valores tradicionales permeaban y el arte tenía que ser realista para ser exitoso. Así da una nueva perspectiva cultural, la liberación del inconsciente, de lo primitivo y primigenio del pensamiento. En este sentido, Breton proclama a México como el país surrealista por excelencia, porque su paisaje, su cultura, su tradición, su historia, su arte y folklore formaban parte de una liberación del pensamiento. Al final, esta denominación implicó una idealización de un territorio extranjero donde se enfocaron en lo positivo y olvidaron lo negativo radicado en nociones como la política.
Muchxs artistas como Breton llegaron a América exiliados de Europa o huyendo por la situación política del fascismo. Así, personajes como Leonora Carrington, Remedios Varo, Edward James, Luis Buñuel, entre otros se refugiaron en México. Estos intelectuales europeos pronto se enamoraron del territorio americano y empezaron a compartir sus ideas y creaciones artísticas entre lxs nacionales. Varixs artistas mexicanxs se identificaron con el movimiento surrealista, entre ellos resaltan: Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo, Guillermo Meza, entre otros. Encantadxs por el mundo mexicano, lxs artistas se inspiraron para crear sus obras en las cuales es evidente el impacto del surrealismo, pero también de la historia del territorio que habitaban.
Pronto lxs surrealistas en México se dividieron en grupos y dentro de ellos existieron disputas porque los surrealistas extranjeros tenían una visión diferente sobre el país “surrealista”. Lxs artistas nacionales estaban influenciados por el contexto político que vivían y la influencia del comunismo en su tierra, mientras que lxs migrantes veían el nuevo territorio donde residían como un hogar que les inspiraba un lugar ideal, una nueva casa que cumplía con las características de su movimiento.
Existen muchas controversias respecto al desarrollo del surrealismo en México, pues implica una problemática el considerarlo un arte nacional, de cómo se puede definir la influencia que tuvo este movimiento en lxs artistas mexicanxs y cuáles son las implicaciones de considerar el arte de lxs artistas extranjerxs como arte mexicano. A pesar de esta compleja situación, es evidente que existe una relación entre “lo mexicano” y “lo europeo”. Así, para lxs artistas exiliadxs representa una nueva identidad nacional, mientras que para lxs artistas nacionales implica una reapropiación de un estilo de origen trasatlántico.
Hoy en día México cuenta con una gran colección de espacios y objetos surrealistas tanto de origen europeo como mexicano. Estos los podemos encontrar en museos como el de Frida Kahlo, el Museo de Arte Moderno, el Museo Tamayo, el Museo de Leonora Carrington o el jardín surrealista de Edward James. Todos estos espacios albergan grandes obras surrealistas que fueron inspiradas por nuestro país.
Para terminar, considero importante cuestionar la influencia que tienen otros países en el arte nacional y reconocer que esto es una característica positiva del arte mexicano, ya que más que ser algo que contamina el arte, es un elemento que lo nutre y complementa. Esto es relevante porque el arte siempre está sujeto al cambio y las múltiples influencias que existen en su contexto. Con la globalización, las fronteras entre el arte mexicano y el arte de otros países se han ido borrando poco a poco. Esto ya era evidente en el arte surrealista, pero es interesante pensar que hoy el arte tiene una influencia internacional mucho mayor. En lo personal esto me parece una bonita forma de encontrar un arte humano más que un arte que divide grupos, género, nacionalidad, etcétera.
Referencias
1. INBA. (2019). Analizan el legado surrealista y su influencia en México con miras a su centenario. 11/11/2021, INBA: https://inba.gob.mx/prensa/12750/analizan-el-legado-surrealista-y-su-influencia-en-mexico-con-miras-a-su-centenario
2. Museo Reina Sofía. (1991). André Breton y el surrealismo. 11/11/2021, Museo Reina Sofía: https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/andre-breton-surrealismo
3. Sofía Hinojosa y Adán Quezada. (2017). México mágico: surrealismo latinoamericano. Casa del tiempo, 40, 16-19. 11/11/2021, http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/40_may_2017/casa_del_tiempo_eV_num_40_16_19.pdf