- Regina Laura Ruiz Figueroa
La Anarquía Relacional es una propuesta en pos de la construcción de relaciones desde la libertad y el consentimiento. Se opone a los modelos normativos con los cuales la sociedad sostiene el status quo. Establece que la sociedad nos ha impuesto cómo deberíamos relacionarnos, de ahí que la Anarquía Relacional busque que cualquier vínculo sea construido con pautas acordadas y no dictadas por el deber ser.
En las utopías que soñamos cada noche, ¿acaso nos hemos detenido a pensar en el amor como instrumento de la revolución? Imaginemos por un segundo que al nacer no nos hubieran impuesto cómo se ve una relación, cómo hay que comportarse y, sobre todo, la idea de que alguien más puede determinar cómo somos y qué queremos. ¿Elegiríamos amar del mismo modo si se nos hubiera ofrecido un lienzo en blanco a pintar con la libertad de quienes somos?
La Anarquía Relacional busca dar respuesta a estas preguntas. Como apunta Roma De las Heras (2019), es simultáneamente una filosofía de amar, una manera de gestionar vínculos y una postura política. Propone que nadie tiene poder sobre ningún otrx, por lo que los acuerdos y las pautas de relación que se forman entre ellxs deberían de ser totalmente acordados y consensuados. Como la otra persona no me pertenece ni me debe nada (más que respeto y responsabilidad), no puedo permitirle o prohibirle cosas. Comunicamos nuestras necesidades y cada quién acuerda los compromisos y límites que tendrá siempre desde sí mismx (Pérez Cortés, 2021).
En la Anarquía Relacional no solo se habla de conexiones románticas-sexuales, sino de cualquier vínculo que tengamos. Busca desmantelar la “amatonormatividad” que impone a las parejas romántico-sexuales como la relación más valiosa que podemos tener y que deberíamos de organizar nuestra vida “simbólica, legal y material” alrededor de ellas (De las Heras, 2019). La Anarquía Relacional, por ende, establece que ningún vínculo, sea romántico o no-romántico, es inherentemente más valioso que otro. Ya sea una economía compartida, la crianza de hijxs, los besos, los abrazos, etcétera, somos nosotros quienes decidimos con quién lo queremos hacer (De las Heras, 2018). Así pues, en vez de proponer un nuevo modelo relacional, esta noción busca deconstruir los ya existentes y ofrecernos la libertad de relacionarnos con la gente sin seguir lo que dicten las etiquetas.
Lo importante de esto es dejar de actuar acorde a un modelo pre-cocinado y normativo, con el que la sociedad nos ha alimentado desde siempre, llámese “noviazgo tradicional”, “dame flores”, “matrimonio”, “márcame todos los días”, entre otros. Incluso se entiende que las relaciones no-monógamas, como el poliamor, siguen pautas pre-establecidas de cómo debería de verse una relación (multiplicadas a más de una pareja). Hay que decidir de manera voluntaria si se quieren seguir esas pautas (y no hay problema si se siguen, mientras haya sido una decisión consciente). En este sentido, no está en contra de ningún estilo relacional, siempre y cuando este haya sido acordado.
Una nueva filosofía del amor
El ponerle una etiqueta a una relación (“amigos”, “pareja”, etcétera) usualmente tiene como objetivo ofrecer una sensación de seguridad acerca de lo que se puede esperar de ellxs. El problema como tal no viene de la etiqueta, sino de que esas etiquetas ya vienen cargadas de privilegios, derechos y expectativas estereotipadas que se deben cumplir. A menos de que se alcancen casi perfectamente esas expectativas, nuestra falsa sensación de seguridad se tambalea y comenzamos un torbellino de “estamos o no estamos”, “me quiere o no me quiere” (Pérez Cortés, 2021).
Al liberarse de esta normatividad, la Anarquía Relacional empuja a conectarse más con unx mismx, a reconocer que lo único sobre lo que tenemos “control” es sobre nosotrxs mismxs, y a amar desde ese autoconocimiento. Nos convertimos en los dueños de esa seguridad y de las expectativas que tenemos.
La revolución desde lo cotidiano
La Anarquía Relacional lleva la frase “lo personal es político” al mundo de los vínculos. Nos recuerda que la herramienta por excelencia que ha utilizado la sociedad para mantener diferentes estructuras (como el patriarcado, la heteronormatividad o incluso el capitalismo) ha sido a base de la unidad más pequeñita del tejido colectivo: la familia (hecha a partir de una pareja). La seguridad que promete tener dicha pareja es suficiente para que al obtenerla, luchemos garra y diente por mantenerla. Al final del día, nos han dicho que si tenemos esa pareja, tendremos seguridad emocional y aceptación social. Repitiendo esa idea es como seguimos organizando nuestras vidas, proyectos y nuestro mundo entero. Tenemos tanto miedo a “fracasar”, a estar solxs y sentirnos excluidxs que reiteramos el status quo una y otra vez.
Al estar en esta búsqueda perpetua, me dejo a mí mismx a un lado, renuncio a mi libertad de elección y decido seguir lo que la sociedad me ha dicho. Por eso se vuelve un acto político identificar los automatismos que nos controlan día a día y decidir si quedarnos con ellos o cambiarlos. Por eso también la Anarquía Relacional considera al amor como la fuerza más revolucionaria, pues si cuestiono y me responsabilizo de mis acciones y de mis vínculos, puedo cambiar el ladrillo más básico con el que se ha construido toda la pirámide societal.
¿Qué podemos aprender?
La Anarquía Relacional, al igual que cualquier propuesta de deconstrucción, es una idea hacia la que solo podemos dar pasos, pero nunca podemos afirmar que “hemos llegado al destino”, por lo menos por ahora. Por supuesto que es difícil romper con el modelo normativo que siempre se nos ha impuesto. Algunas personas también encuentran mucha comodidad dentro de las estructuras actuales y su ruptura podría generar enorme malestar. Hay que deconstruir hasta donde podamos, sin traicionarnos a nosotrxs mismxs y lo que nos haga sentir bien. Sea la Anarquía Relacional para nosotrxs o no, todxs podemos enriquecernos de cuestionar las imposiciones de la sociedad, al igual que de poner la comunicación y el consentimiento por encima del “deber ser”.
Bibliografía
1. De las Heras Gómez, R. (2018). ROMA al revés es política. Proyecto Kahlo: Gritamos. https://www.proyecto-kahlo.com/2018/07/roma-al-reves-es-politica/
2. De las Heras Gómez, R. (2019). Thinking relationship anarchy from a queer feminist approach. Sociological Research Online, 24(4), 644-660.
3. Newport, A. (2021). Friendship as anti-capitalism. Chain Reaction, 141, 36-37.
4. Nordgren, A. (2006). The short instructional manifesto for relationship anarchy. The Anarchist Library.
5. Pérez Cortés, J.C. (2021). Anarquía Relacional: La revolución desde los vínculos. Editorial Hacerse de Palabras.