- Michelle Hermenegildo López
En las últimas décadas, se ha hecho un esfuerzo en el espacio público y universidades por analizar problemáticas contemporáneas desde perspectivas como la de género, feminista, ambiental, por mencionar algunas. Sin duda, dicho esfuerzo ha dado resultados en la forma en la que se abordan los temas, los jóvenes están cada vez más despiertos y alertas de la realidad en la que viven. Pese a ello, sigue existiendo un grupo vulnerado que no se toma en cuenta a la hora de analizar los problemas sociales: los animales.
Es importante reconocer que los humanos hemos ocasionado varias extinciones de animales y ecosistemas debido a que no se planea, legisla ni se analiza con una perspectiva de bienestar animal. A pesar de varias opiniones centradas en marcar enormes diferencias entre humanos y animales, la realidad es que no las hay. Problemas como prostitución, explotación laboral, abuso sexual, discriminación, también son experimentados día a día por los animales; lo más triste es que ellos no tienen voz.
Propongo lo siguiente. ¿Qué tienen en común los movimientos feministas, la lucha obrera, la lucha en contra de la discriminación y los movimientos antirracistas? Todos ellos parten de una preocupación exclusiva por los seres humanos. En un mundo como el de hoy, se han registrado múltiples casos de perras que han sido abusadas sexualmente por humanos como el caso Muñeca, una cachorra de dos años violada por un niño de doce años en Atlixco, Puebla (El Sol de Puebla, 2024); orangutanas que son vestidas y maquilladas con fines de prostitución, caballos sumamente maltratados por la explotación laboral que ejercen los humanos sobre ellos e incluso en los centros de adopción, los animales que nadie adopta son los que tienen alguna capacidad diferente o que son de color negro.
La lucha por los animales es el eje que une todas las demás; si son excluidos, estamos dando por sentado que los animales viven en un mundo ajeno al alcance del humano, en el que sus acciones no tienen consecuencias en su bienestar. Lo anterior es totalmente incorrecto porque le quita la responsabilidad a los humanos de cuidar de aquellos que lo necesitan.
Si ya identificamos que la lucha en contra del maltrato animal, puede ser el movimiento que una a todas las demás, entonces es necesario sensibilizar a las personas sobre este tema dando prioridad a las emociones y no a la racionalidad. Es por esta razón que propuestas como las del autor Henry Salt (1894) deben ser tomadas en cuenta: la educación como eje principal.
“La promesa de un entendimiento ético ocupa un lugar bastante apreciable en su práctica educativa. Si las universidades no se dedican a impulsar hasta sus límites nuestro razonamiento individual y colectivo acerca de los valores humanos, ¿entonces quién lo hará?” (Taylor, 1992, pp.18)
Debido al tema que he tratado durante este artículo, me siento con la responsabilidad de visibilizar la razón por la cual digo que las universidades y demás instituciones educativas tienen bastante influencia en la formación del pensamiento. El pasado 16 de noviembre del 2023, en el área de exposiciones de la biblioteca en la Universidad Iberoamericana, podíamos leer el título “Una vida en imágenes: toros y toreros” y debajo la frase “Magníficos días de muestra”, me di a la tarea de leer cada uno de los textos ahí expuestos con la esperanza de encontrar que, en algún momento, se explicará a los que atendían la exposición que el asesinar y torturar toros no es cultura, ni tradición; era una atrocidad y debía ser restringido.
Lamentablemente, no hubo lugar en el que se condenara estos actos de crueldad hacia los toros, así como tampoco hubo un espacio para explicar que, parafraseando el documental Earthlings (2005), los toros actúan de manera agresiva no por el color rojo, sino porque antes de salir a la arena, les atan un cinturón a la altura de los genitales y son constantemente pateados en esa zona para poder obtener una reacción con la cual justificar que el animal es bravo y agresivo, cuando en realidad sólo está reaccionando al sufrimiento. En lugar de exponer la realidad de estas prácticas, la exposición hacía referencia a lo espiritual, a la tradición y a un sentido de pertenencia. ¿Por qué presenciar la violencia en su máxima expresión, nos entretiene? Y más importante, ¿Cuál es la razón por la que una universidad permite que se exponga la violencia y maltrato animal a través del Departamento de Arte? No es arte; es asesinato.
Hablar sobre los animales y sus derechos, será por mucho tiempo un tema polémico. Muchos malinterpretan la postura en contra del sufrimiento animal no humano como simple amor a los animales, pero no tenemos que amar a los animales para respetarlos. Debemos ser capaces de verlos a los ojos y reconocer que tienen tanto derecho a existir sin ser violentados como cualquier otro humano; que sienten tanto como nosotros y que no tendrían porqué servirnos.
Nada me gustaría más que poder decir que en un futuro, no muy lejano, vamos a poder regresarles a los animales la libertad de la que nunca debieron ser privados y de la que son merecedores.
Bibliografía
Salt, H. (1894). Derechos de los Animales. McMillan.
Taylor, C. (1992). El Multiculturalismo y “La Política del Reconocimiento”. Fondo de Cultura Económica. Universidad Externado de Colombia.
Monson, S. (Director). (2005). Earthlings. [Película; video online].
La República. (4 de octubre 2022). La cruel historia de Pony, la orangutana que
vestían de mujer para ser prostituida. https://larepublica.pe/mundo/2022/05/21/indonesia-la-desgarradora-historia-de-la-orangutana-que-fue-obligada-a-prostituirse
El Sol de Puebla. (17 de agosto 2023). Vinculan a proceso a menor de Atlixco por presuntos actos de zoofilia. https://www.elsoldepuebla.com.mx/local/vinculan-a-proceso-a-menor-de-atlixco-por-presuntos-actos-de-zoofilia-10555035.html
Cámara de Diputados. (12 de agosto 2023). México, primer lugar en maltrato animal
a nivel Latinoamérica, señala Ana Karina Rojo.
https://comunicacionsocial.diputados.gob.mx/index.php/notilegis/mexico-primer-lugar-en-maltrato-animal-a-nivel-latinoamerica-se-ala-ana-karina-rojo-