Ángel Rodrigo Sánchez Sáenz
En víspera de la tardía aprobación de la Ley Federal para la Regulación del Cannabis, es importante conocer el contexto social de ésta planta para entender su relevancia, pues, al ser un tema incómodo, desconocido y amplio, pero muy presente en la sociedad, vale la pena entender la importancia que tiene la marihuana más allá de ser el objeto de prejuicios, estereotipos y una criminalidad fallida (basada mayormente en desaciertos) para cambiar la perspectiva que se tiene al respecto, ya que, a lo largo de la historia, no solo mexicana sino en todo el mundo los usos que tiene son ancestrales, abarcando las prácticas religiosas, rituales, medicinales, y lúdicas, así como la extracción de materias primas; todas éstas, invisibilizadas por una hipocresía puritana, moral, racista y hegemónica, la cual ha intentado eliminar del consciente colectivo la historia, usos y beneficios del cannabis, además de la malograda política criminal que solo ha repercutido de forma negativa en la sociedad.
Hay que entender que la incomodidad de abrirnos a un tema “oculto” que ha polarizado a las personas y las ha radicalizado en ideas entre lo bueno y lo malo provoca que sea difícil asimilar argumentos de todas las partes, incluso cuando pueden tener razón y estar en lo cierto. Sin embargo, existen demasiados mitos alrededor de la marihuana los cuales tienen que ser desmentidos porque desvirtúan y provocan que un tema complejo por su amplitud debida a todas las vertientes que tiene (política, cultural, social, económica, sanitaria, por mencionar algunas) sea desconocido. Por otro lado, tampoco podemos negar que puede tener consecuencias negativas en algunos aspectos, pero después de todos los problemas que ha causado su prohibición, tenemos que darle una oportunidad a la legalización y planificar estrategias para minimizar los estragos que pueda causar.
Las oportunidades de crecimiento y desarrollo son máximas, además se ven exponencialmente inmensas frente a los beneficios (casi invisibles) que ha traído la ilegalización.
Por último, también hay que ser objetivos respecto a la responsabilidad que nos es entregada a la sociedad, así como a las autoridades encargadas de la regulación de ésta planta, porque a pesar de tener una amplia proyección independiente de sus pros y contras, velar por el lucro principalmente, puede desvirtuar lo que realmente implica tener al cannabis en nuestra sociedad. El cambio es difícil, pero es necesario, y más cuando nos hace daño. Encontrar justicia y libertad muchas veces trasciende nuestra imaginación y conocimiento, la legalización del cannabis es una diminuta fracción de la liberación humana que a simple vista (con una perspectiva desenfocada) no parece serlo. Reunámonos y seamos libres, eduquémonos, preparémonos para poder crecer como personas, como seres naturales y sobre todo, como gente preparada para recibir a la planta atemporal, que nos conecta con nuestras raíces pero al mismo tiempo que nos puede ayudar a construir un futuro mucho mejor.