- Mariana González Valenzuela
La migración es un proceso sumamente complejo para cualquier individuo que se enfrente a él. En las sociedades actuales es demasiado difícil sobrellevar una situación de este tipo, sobre todo si tomamos en cuenta los contextos cotidianos que cualquier migrante puede experimentar al pasar por una nueva sociedad. La discriminación constante, las violaciones a los derechos humanos, la falta de oportunidades laborales y la insatisfacción de algunas necesidades básicas son algunos de los aspectos negativos por los que pasan; desafortunadamente, todas estas situaciones han sido parte de la experiencia de lxs migrantes que pasan por el territorio mexicano.
Durante el siglo XXI, en México se ha registrado un proceso migratorio sin precedentes. Nuestro país ha pasado a ser uno de los países de tránsito migratorio con más afluencia a nivel mundial, considerando el destino tan anhelado que es nuestro vecino del norte y el imaginario que se ha creado en torno a alcanzar el “sueño americano”. Por este motivo, el fenómeno de las caravanas migrantes que provienen de naciones centroamericanas se ha vuelto un tema muy común dentro del estudio de los flujos fronterizos en México y, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, al 28 de febrero, más de 13,200 personas habían cruzado a México y 7,941 personas solicitaron asilo. (OIM, 2019).
No obstante, a pesar de ser un país de tránsito para lxs migrantes irregulares, México también ha pasado a convertirse en un país de barreras y obstáculos para quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos. Irónicamente y aunque el Estado mexicano ha establecido la intención de proteger los derechos humanos y garantizar el bienestar de las personas migrantes que pasan por nuestro territorio, últimamente es bastante sonado el hecho de que ciudadanxs de países como Guatemala, Honduras, El Salvador o Nicaragua han sido víctimas de tratos deplorables y denigrantes por parte de miembros de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM).
Sin duda alguna, es vergonzoso que funcionarixs estén adoptando este tipo de posturas, además de que parte de la población mexicana esté rotundamente en contra de que estxs individuos transiten por diversos estados del país para llegar a los Estados Unidos. Tristemente, la imagen de lxs centroamericanxs en México se ha convertido en una figura que tiende a ser blanco de rechazos y de un menosprecio muy ligado a lo racial. Incluso, algunxs mexicanxs han optado por tener posturas demasiados xenófobas, las cuales se escudan bajo el pretexto de que estas personas (que normalmente huyen de su país por causas políticas, económicas, sociales e incluso medio ambientales) “robarán sus trabajos” y “lastrarán la economía”, punto de vista bastante nacionalista y muy parecido al del republicano blanco estadounidense que varixs mexicanxs desaprueban, pero de quien están copiando las mismas ideas.
Es interesante ver que por un lado existe una retórica anti-migrante en muchas partes del territorio, pero que, al mismo tiempo, la migración en algunos casos puede ser un aspecto bastante favorecedor para la política exterior. Una situación bastante actual y que ejemplifica a la perfección este fenómeno es la reciente llegada de refugiadxs de Afganistán, a raíz de la desafortunada situación que se vive en dicho país. Si lo analizamos detenidamente, el entorno del que vienen estxs hombres y mujeres no dista mucho de el contexto del que puede ser víctima algúnx migrante que ha pasado por México dentro de las caravanas centroamericanas de los últimos años. Pero, evidentemente, hay factores que hacen que la llegada de lxs migrantes afganxs sea mucho más positiva que la de lxs centroamericanxs.
¿Por qué tantas personas han festejado y aplaudido la buena obra de nuestro gobierno de recibir a las personas afectadas por los recientes hechos en Afganistán? La respuesta a esta pregunta está muy relacionada con el hecho de que la migración, así como otros fenómenos sociales, puede ser un aspecto bastante politizable. Cualquier país que realice alguna acción de buena voluntad para auxiliar a un Estado que lo necesite será apreciado y congratulado dentro de la comunidad internacional. La crisis en Afganistán evidentemente ha sido un evento bastante sonado en la arena global durante el último mes, hecho del cual México puede tomar aspectos a favor y ofrecerse como una tierra segura para quien lo necesite. De acuerdo con Jennifer Feller, directora general de planeación y política del gobierno federal, con estas acciones, México sigue honrando su tradición de asilo, refugio y protección humanitaria a las personas que vienen huyendo de guerras y que ven su vida amenazada. (Business Insider, 2021).
Nuestro país, sin duda alguna, está mostrando actitudes que rayan en una doble moral bastante notoria. Es en este tipo de situaciones en donde debemos de cuestionarnos cuáles son los intereses que sigue la política exterior mexicana y qué cara quiere brindar a nivel internacional. La política exterior es un elemento que moldea, para bien o para mal, la reputación que puede tener un país en el resto del mundo. Sin embargo, más allá de cómo te perciben los demás, los países deberían de poner en primer lugar la seguridad de quienes recurren a la migración y tener un interés genuino por protegerlos.
No obstante, las ideas ya mencionadas son un tanto utópicas y muchas veces suelen ser olvidadas; dándoles preferencia a los aspectos que signifiquen un beneficio tangible dentro del ámbito político. La ideología de muchas personas se refleja en las mismas políticas que nuestro país está adoptando frente al fenómeno migratorio proveniente de Centroamérica, en donde gran parte de las veces reinan ideas malinchistas que rechazan la identidad de estos pueblos. Por lo tanto, parte de la sociedad mexicana debería de tener un sentimiento más empático hacia las personas migrantes, sin importar su origen étnico, socio-ecónomico o cultural. En lugar de apoyar ideales anti-migrantes que pueden ser similares a los que fomenta el Estado, cada unx de nosotrxs debería intentar generar su propio juicio y ponerse en los zapatos del migrante para poder entender sus necesidades y sufrimientos.
Resumen:
Aunque la migración sea un fenómeno bastante normalizado en el mundo actual, esto no garantiza que en muchos países sea aceptada por parte de los ciudadanos y sus gobiernos. La aprobación o el rechazo que tenga, depende de factores específicos, los cuales muchas veces van ligados a los intereses políticos de cada país.
Bibliografía
1. “Caravanas Migrantes”. 2019. Oficina Regional Para Centroamérica, Norteamérica Y El Caribe, OIM https://rosanjose.iom.int/site/es/caravanas-migrantes#:~:text=November%2026%2C%202018,ya%20en%20Tijuana%20y%20Mexicali.
2. “México Recibe Afganos, Pero Tiene Operativos Contra Centroamericanos.” 2021. Business Insider México | Noticias Pensadas Para Ti. September 2021 https://businessinsider.mx/mexico-recibe-afganos-visa-humanitaria-operativo-centroamericanos/.